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Los otros días que Gunil estuvo en el hospital, Jungsu lo fue a visitar. Compartían charlas, chistes, risas y hasta comida.

—Oh, en serio es muy mala—Jungsu hizo una mueca de asco al probar la comida del hospital.

—Esta es extremadamente mala, la del almuerzo estaba mejor—el humano se reía al ver la mueca de asco en el rostro contrario—. Aún me sorprende que comas comida humana.

Jungsu se limpió su boca aun con la mueca de asco y se rió.

—Pues no la necesitamos ya que no nos entrega los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, pero pues...tiene su gusto—sonrió de lado y Gunil asintió.

Los dos se quedaron en silencio y Gunil intentaba comer con su mejor mueca de gusto posible pero debido a las risas escandalosas del vampiro, no lo estaba logrando para nada.

—Si te ríes, no podré acabar...me desconcentras—el vampiro lo miró unos segundos y se volvió a reír—, muchas gracias—negó con su cabeza de forma divertida.

—Ya, lo lamento pero es muy divertido verte comer...me recuerdas a un hámster—se tapó su boca ocultando su sonrisa.

Gunil lo miró.

—Y tu pareces un gatito—le sonrió de forma juguetona.

Jungsu sonrió de la misma forma.

—Touché...—soltó y ambos se rieron con suavidad. Luego se quedó en silencio mirando la puerta—Oh, tus amigos, la pareja dinámica te vienen a ver.

Gunil también la miró y luego de unos minutos los mencionados aparecieron.

—Oh, vemos que ya estabas acompañado—Jiseok le sonrió a su amigo y le movió su mano hacia el vampiro que lo imitó con una sonrisa suave.

—Te trajimos esto...—soltó Jooyeon extendiendo una bolsa a Gunil que la tomó con una gran sonrisa.

—Muchas gracias, la comida es un asco—soltó abriendo la bolsa de gomitas.

Jungsu se rió, aunque luego carraspeó al ser observador por los otros dos humanos de forma fija.

Gunil notó la incomodidad y miró a sus dos amigos.

—No lo miren así, lo incomodan.

—Él me incomoda a mí—murmuró Jooyeon aunque fue escuchado por los grandes sentidos de Jungsu.

—Si quieren me voy, no tengo ningún problema—se levantó del borde de la cama de Gunil, pero antes de que se pudiera alejar, el pelinegro lo tomó del brazo.

—No—sentenció y lo miró fijamente. Jungsu apartó su mirada incómoda.

—Está bien, te puedo venir a v...—fue interrumpido.

My sweet vampire | ᵍᵘⁿˢᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora