➥ Un joven músico descubre a un joven tocando el piano a mitad de la noche, su curiosidad lo llevará a querer conocer quién es y porqué tenía una una pequeña sonrisa que no llegaba a sus ojos en los cuales se refleja un sentimiento de anhelo oculto...
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La canción estaba lista.
Gunil estaba muy emocionado de mostrársela a su Jungsu.
Aunque tenía que hacerle caso a sus amigos, tenía que tener cuidado.
Le mandó un mensaje al vampiro que le respondió de forma inmediata haciéndolo sonreír al instante.
Tan lindo, pensó cuando el contrario le mandó una tierna foto.
Salió del estudio luego de haber hablado con su profesor sobre su nota del proyecto de la canción y su posterior presentación frente al instituto.
Como era de esperarse, obtuvo la nota máxima.
—¡Saqué la nota máxima!—le mostró su papel y sus dos amigos sonrieron con orgullo.
—Eso es genial, Gun-hyung—aplaudió el rubio—. O sea que Jungsu fue de buena inspiración—levantó su ceja.
Gunil se sonrojó.
—Pues sí, sin él ni siquiera hubiese estado la canción—sonrió de lado.
—O sea que ahora es tu musa—quiso saber Jooyeon.
—Sí...lo es—confesó con una tonta sonrisa.
Jiseok sonrió con suavidad mientras apoyaba su cabeza en el hombro de su pareja.
Jooyeon debía admitir que no podía culpar a Gunil, después de todo, Jiseok se había vuelto en el dueño de muchas de sus composiciones musicales.
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—Así que vive ahí ese vampirito—Yongsun sonrió de forma macabra.
—Sí, y si está ese Kim Jungsu, muy probablemente viva el rey Oh Seungmin.
Yongsun asintió aun sin quitar la sonrisa.
—Preparen todo, los atacaremos cuanto antes. Quiero a toda la unidad de Seúl en esa casa.
—Como usted ordene, señor—los dos hicieron una reverencia y salieron de ahí dejando al líder con una gran sonrisa en su rostro.
—Al director le va a encantar esto—tomó de su vaso de whiskey mientras miraba el paisaje de Seúl anocheciendo.
Aun si fueran vampiros, no podrían con tantos cazadores, pensó el hombre.
—Señor, encontramos algo inquietante—otro de sus investigadores entró a su despacho.
—¿Qué sería?—se dio vuelta y el hombre le mostró unas imágenes del joven Goo.
—La marca en su cuello indica que fue mordido—mencionó, en la imagen se podía ver perfectamente esta y a un costado de ella había una marca—. Parece un tatuaje pero es claro que es la marca que dejan los vampiros en la piel de quienes consumen la sangre; es la flor de tigre.
