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Seungmin y Hyeongjun habían salido temprano para hablar con el Presiliul, no sin antes haber regañado a Gunil por haber tocado a su niño inocente.

Los dos jóvenes estaban simplemente disfrutando del otro en esas horas que estuvieron solos en esa casa.

—Si supieran como me pedías que te diera más fuerte...—el contrario fue golpeado por su pareja.

—¡Gunil!—el peligris lo miró sonrojado. Gunil se encogió de hombros.

—Solo estoy exponiendo los hechos.

—¡Pues no lo hagas! Que vergüenza—se tapó su rostro.

—No tenías mucha verguenza ano...—otro golpe fue a dar en su brazo.

El Munpir se rió y abrazó a su contrario besando su rostro sonrojado con cariño.

—Ah...Gun...—le habló y el mencionado se separó levemente para mirarlo atentamente—¿recuerdas la melodía que estaba componiendo?

—Por supuesto—sus ojos brillaron y Jungsu se puso más nervioso—, ¿la terminaste?

Jungsu asintió y se acercó al gran piano de cola.

Gunil lo esperó ansioso y Jungsu le sonrió de forma tímida.

Posó sus dedos sobre las teclas y respiró profundamente, comenzando a tocar con suavidad.

Los ojos de Gunil no se apartaban de las acciones de Jungsu.

La melodía era preciosa, tranquila y reconfortante.

Transmite tantos sentimientos ocultos que se mezclaban entre ellos.

Nostalgia, soledad, abandono, anhelo, alivio, esperanza, amor...entre muchas otras.

Los ojos oscuros de Gunil se llenaron de lágrimas y sin querer alarmar a su Seelirim tapó su boca para acallar sus sollozos.

Fue una reacción tan igual a la de Jungsu anteriormente.

Había puesto todo de sí en esa melodía, todo lo que había estado guardando por años que posteriormente se dio cuenta de que lo asfixiaba y lo volvían loco poco a poco, que si no fuera por la luz de Gunil, muy probablemente hubiese terminado de esa forma.

Abrió sus ojos y se dio cuenta de que Gunil estaba frente a él con sus ojos repletos de lágrimas.

—Es perfecta, Jungsu. Creaste algo maravilloso—el Munpir abrazó con fuerza a su pareja y Jungsu sonrió conteniendo sus propias lágrimas.

Cerró sus ojos de nuevo y se dejó llevar por el regocijo que le causaba el abrazo de su Seelirim.

Ellos no eran los únicos que habían escuchado la melodía.

My sweet vampire | ᵍᵘⁿˢᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora