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—¿Te duele?—le preguntó el vampiro luego de unos segundos en silencio.
—Un poco, pero los calmantes me ayudan bastante...—sonrió avergonzado—. ¿Qué era exactamente lo que me atacó?
—Un Nebuhim, un vampiro que perdió todo su lado racional—habló y Gunil asintió.
—Ya veo...y tu...eres un vampiro—habló aun sabiendo que ya el contrario se lo había aclarado y lo había visto por sí mismo.
—Sí, Gunil. Por enésima vez, soy un vampiro.
—Ah...sí, es que...no sé...
—Literalmente te amenacé con rebanarte el cuello y tu quieres confirmar que soy un vampiro.
—Sí, lo siento es que a pesar de eso, todo esto me parece muy surrealista. Digo hace un dia creía que los monstruos, vampiros y esas cosas no existían.
—Es entendible. Los hombrelobo también existen, por cierto—se rió cuando el rostro del humano cambió en sorpresa—, aunque antes de que te lo preguntes, no, no somos enemigos.
—Ah...
—Seguro pensaste en esa saga tonta de Crepúsculo...—se rió el menor y Gunil asintió—siempre me causa gracia, ¿por qué piensan que brillamos bajo la luz del sol? Eso es sumamente chistoso.
—Ya veo. Sí, en realidad a mi también me causa gracia—se contagió de la risa contraria y ambos se fundieron en risas que alegraron la amplia habitación del hospital.
Luego de seguir intercambiando palabras, una enfermera llegó para aplicarle nuevamente el calmante para el dolor de su brazo.
Gunil no quería quedarse dormido pero los somníferos eran algo fuertes. Lo último que vio antes de caer dormido fue la cálida y bella sonrisa del vampiro.
Jungsu suspiró con suavidad mientras se sentó en el umbral de la ventana observando el suave y apacible semblante del humano.
Cerró las cortinas para que ni a él ni a Gunil le molestara la luz del día. Se quitó la capucha y se acercó al pelinegro sentándose a un costado de la cama, delineó con su mirada las facciones contrarias de forma fija.
—Si no olieras a humano por completo, cualquiera diría que eres vampiro—susurró acercando su mano al rostro del menor y lo acarició con suavidad.
Gunil suspiró en sueños y apoyó más su rostro en la mano del inmortal. Jungsu se sonrojó levemente pero sin quererlo sonrió y soltó una pequeña risa.
Gunil tenía una belleza desbordante y digna de un vampiro...pero era un humano.
Jungsu suspiró de forma larga y cansada alejando su mano del menor, que se quejó de forma suave. El vampiro rodó sus ojos.
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My sweet vampire | ᵍᵘⁿˢᵘ
Fanfiction➥ Un joven músico descubre a un joven tocando el piano a mitad de la noche, su curiosidad lo llevará a querer conocer quién es y porqué tenía una una pequeña sonrisa que no llegaba a sus ojos en los cuales se refleja un sentimiento de anhelo oculto...