➥ Un joven músico descubre a un joven tocando el piano a mitad de la noche, su curiosidad lo llevará a querer conocer quién es y porqué tenía una una pequeña sonrisa que no llegaba a sus ojos en los cuales se refleja un sentimiento de anhelo oculto...
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Los dos se sumieron en un silencio, los dos estaban cómodos con él, se daban caricias suaves y sin ningún apodo.
—Por cierto, ¿nunca has querido volver a morderme?—le preguntó Gunil con suavidad y Jungsu se sonrojó.
—No...o sea sí, pero siempre me concentraba en otra cosa—sonrió avergonzado.
—¿Quisieras hacerlo?—Jungsu lo miró con su rostro confundido.
—No me tientes, humano—le masculló empujando su frente.
—No te estoy tentando, es una pregunta en serio, además...tengo curiosidad...—le sonrió de lado y Jungsu maldijo que el humano sea tan sexy.
—Sí, me gustaría hacerlo pero no quiero aprovecharme de ti.
—No estarías aprovechándote de mi, ya te dije que tengo curiosidad.
—Suenas como un pervertido, Goo—sonrió con burla y Gunil abrió sus ojos sonrojándose—. Era broma—le besó la mejilla.
—Vamos, Su. Hazlo...—el humano ladeó su cabeza dejando ver su cuello expuesto.
Los ojos del vampiro viajaron hasta el lugar descubierto del humano, lo repaso lentamente fijándose en el lunar en este. Sintió como la sangre fluía por sus venas y el suave golpeteó de su corazón.
—¿Duele?—preguntó sacando al vampiro de su ensoñación.
—Oh, no lo sé, nunca he hecho esto a un humano—aclaró—, aunque según me explicó Hyeongjun al momento de morder nuestros colmillos lanzan como una especie de calmante o algo así.
Gunil asintió lentamente. Jungsu le sonrió tranquilizando al contrario.
—Si tienes miedo y no quieres que lo haga solo me dices—le sonrió pero Gunil negó con fuerza.
—No es miedo, no tengo miedo—frunció el ceño y Jungsu se rió. Gunil bufó y tomó el rostro del menor acercándolo a su cuello. Jungsu dejó de reír.
—Por Lucifer, Goo. Que desesperado—soltó de forma burlona, el aliento del vampiro le dió cosquillas al humano. El vampiro volvió a levantar la mirada a Gunil—. Lo haré pero no te desesperes, pervertido—murmuró sobre sus labios, Gunil terminó por juntar sus labios.
Comenzaron a besarse como muchas veces lo hicieron en la sala de música.
Aunque los besos de Jungsu bajaron hasta el cuello descubierto, el aroma era incluso más fuerte, sus ojos se dilataron y abrió su boca, sus colmillos se volvieron más filosos pero antes de morderlo se detuvo.
—¿Estás seguro de esto?—le preguntó por última vez.
—Maldita sea, vampiro. Solo hazlo—gruñó haciendo reír a Jungsu que sin más hincó sus dientes en la piel del contrario.
