➥ Un joven músico descubre a un joven tocando el piano a mitad de la noche, su curiosidad lo llevará a querer conocer quién es y porqué tenía una una pequeña sonrisa que no llegaba a sus ojos en los cuales se refleja un sentimiento de anhelo oculto...
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Los siguientes días que los Seelirim se vieron fueron en la sala de música, aunque cada vez más temprano, cuando se iba el sol y las actividades en ese salón se acababan, los sonreían cuando veían al otro en ese lugar.
Jungsu tocaba una suave canción que hizo sonreír a Gunil.
—Una hermosa canción interpretada por un hermoso chico—soltó el humano cuando el vampiro acabó de tocar, este se sonrojó.
—Ya basta, humano.
—Pero si es la verdad—se apoyó en el piano y sonrió haciendo que sus ojos se volvieran medias lunas—. Tienes un hermoso talento.
—Lo sé, me lo dices siempre—rodó sus ojos de forma divertida.
—Y te lo diré hasta que entre en tu cabecita de vampiro que tienes—le empujó su frente con su dedo índice. Jungsu le tomó la mano y la llevó a su boca fingiendo querer morderlo pero Gunil lo apartó rápidamente—¡Hey!—Jungsu se rió.
—No te preocupes, ya almorcé—le guiñó un ojo y Gunil se rió de forma suave desordenando el cabello contrario.
—¿Cómo vas con la composición de tu nueva canción?—se sentó a su lado mientras veía el cuaderno de partituras.
Debido a las insistencias de Gunil, Jungsu había decidido intentar buscar lo que lo haga feliz y satisfecho.
—Bien, creo que está casi lista—le sonrió de lado y volvió sus manos al piano.
Al principio no se veía muy convencido pero cada vez que se sentaba enfrente del piano su mente y sus manos fluían solas haciendo melodías que eran del gusto de cualquiera que las escuchara y lo más importante, que lo eran para sí mismo.
Antes era solo una persona que tocaba el piano porque era una costumbre, pero ahora, poco a poco era algo que les estaba gustando bastante.
Gunil lo notaba, por supuesto, notaba que los ojos de Jungsu tenían un brillo especial cada vez que tocaba el piano, ya no era ese brillo apagado con el que lo conoció, ahora su sonrisa era brillante y...real.
Eso sentía en su corazón y debido a esto el mismo se sentía sumamente cálido.
No solo él había notado el cambio, Seungmin y Hyeongjun también.
Lo veían mucho más brillante y feliz, bueno Jungsu siempre era brillante pero ahora se veía deslumbrante, como la luna misma.
—Hasta ahí tengo...—habló cuando concluyó su melodía.
—¿Quieres saber mi opinión?—le preguntó con una pequeña sonrisa de lado.
—Por supuesto...—se acercó su rostro al contrario cuando este también lo hizo.
