—Queridos mami y papi——Querido padre.—
El moreno ligeramente movió sus cabellos azabaches, para seguir escribiendo en su cuaderno. Su compañero de cuarto pareció molestarse por los ruidos que hacía.
—Se que ha habido confusión sobre mi alojamiento en Shiz.— Ambos escribieron.
—Pero claro, cuidaré de Tommy..—
—Pero claro, ascenderé.— La mirada azul grisácea del moreno se fijó ligeramente en el castaño, que estaba en el escritorio escribiendo.—Porque se que así es como quieres que responda.— Siguieron escribiendo sus cartas al mismo tiempo. —Si, ha habido cierta confusión. Ya ves y mi compañero de cuarto es..—
Alex se quedó un momento, intentando buscar las palabras mientras hacía un ligero rostro de disgusto. No le gustaba pensar en el castaño de piel verdosa. Aún así lo hacía todo el tiempo. —Inusual y sumamente peculiar.. Y completamente difícil de describir..—
—Mimado.— Escribió el castaño, mientras ponía los ojos en blanco.
Ambos dejaron las cartas, mientras suspiraron. Ambos se miraron entre ellos, chocando el marrón y el azul. Rápidamente quitaron las miradas, mientras unos sonrojos rojizos se hacían presentes en ambos.
¿Que es ese sentimiento, tan repentino y nuevo.. Pensó Alex, mientras dejaba la carta en su mesa de noche.
que sentí en el momento en que puse mis ojos en ti?
William dejó la carta en su escritorio, mientras intentaba con todas sus fuerzas no mirar al azabache.Sus pulsos se aceleran.
Sus cabezas dan vueltas..
Sus caras se sonrojan...¿Que es este sentimiento?
Tan ferviente como una llama... ¿Tendrá algún nombre?
Ambos se levantaron, William comenzó a acomodar su mochila, mientras Alex se miraba al espejo una vez más.
Si.. Y el nombre es.
—Odio.— Ambos dijeron al unísono, mientras se fulminaban con las miradas. —Odio puro—
—Por tu cara, tu voz, ¡y tu ropa!— El azabache gruño, mientras miraba al otro desde el espejo. Volteó su cuerpo, ahora ambos encarándose.
—Solo digamos que.. ¡Lo odio todo!— William respondió con una mirada intimidante, mientras se colgaba su mochila en los hombros. —Con cada pequeño rasgo, por pequeño que sea..— El castaño empujó al menor con su hombro, apartándolo de su camino.
—Haces que cada parte de mi carne comience a desear..— Alex miro la espalda ancha del otro, sus ojos brillaron unos segundos.. hasta que se dio cuenta que había guardado silencio por mucho tiempo. —Con odio, y más absoluto odio.—
Había una extraña euforia en tal detestacion total.. Tan pura.. Tan fuerte..
—Y aunque admito que llegó rápido..— William pero sus pasos a la puerta, mientras exhalaba una gran cantidad de aire. —Y aún así creo que puede durar..—
—Odiarte...— William volteo, mirando los ojos azulinos que lo contemplaban, mientras las caras de ambos se suavizaban en un solo segundo. Por un momento paro.. Pero después, ambos volvieron a fruncir el ceño. —¡Toda mi vida!— William rugió, para mostrarle su espalda al menor, mientras Alexis rápidamente agarraba su mochila, para no ser dejado atrás.
En cuanto ambos salieron de su habitación, había mucha gente afuera esperando por Alexis, el chico más popular de la escuela.
—Oh querido Alexis, ¡eres tan bueno!— La multitud grito feliz de ver a el moreno, el con su sonrisa de comercial de pasta dental les sonrío.
—mimimimi..— William imitó a los que glorificaban a Alexis, mientras rodaba sus ojos y seguía su camino hacia los pasillos. La multitud le miró con mala cara.
—¿Como lo soportas? ¡No creo que pueda!— Un chico hablo, rápidamente recibiendo una mirada amenazante de William, y unas rodillas burlonas de Alexis.
—¡El es un terror!—
—¡Es un tártaro!—
—No pretendemos mostrar un sesgo..—
—Pero, Alexis, ¡tú eres un mártir!—Alexis sonrió ante lo último, para después hacer una cara algo triste, y ligeramente mirar hacia el suelo.. Si que era un actor de telenovela.
—Este tipo de situaciones.. Sirven para probarnos..— Alexis murmuro, casi haciendo como si estuviese apunto de desmayarse, los demás lo vieron como si fuese un héroe.
William sacó su lengua, mientras hacía un sonido, interrumpiendo el numérico del más bajo. —Ugh.— Alexis hizo un sonido de asco, mientras miraba al otro con enfado.
—Pobre Alexis, obligado a vivir junto a..—
William miró a la multitud haciendo un círculo, por lo que el, ni perezoso, decidió seguir caminando hasta su clase.
—¡Alguien tan horrible!—
—¡Estamos todos de tu lado! Compartimos tu..—¡Pum y que se termina! (Me dio pereza tener que volver a escribir todo. Pero ajá, aquí puro musical.)