No miento cuando digo que no te deseo, no siento un amor como el que juré sentir a tu lado. Lo sentí, tal vez alguna vez, pero después de lo que me hiciste, no sé si podria volver a verte de la misma forma. En mi puerta, a la cuarta hora de la madrugada, con 15 minutos de atraso, escuché el sonido de mi puerta. No soy alguien que duerma con frecuencia las 8 horas sugeridas por mi psiquiatra, tal vez unas 2 serían lo esencial para mantenerme despierto 4 días más; Pero eso no es algo de lo que este orgulloso. Moví mis cortinas con las yemas de mis dedos, mientras me jodía la cabeza con aquella botella de alcohol. Te mire, pero no me regresaste la mirada. Me sorprendí, mirando tus ojos desvanecerse por la oscuridad de las calles y el viento frío. La ventana no estaba abierta, pero temblé. Dos minutos fueron suficientes para estar en mi puerta, incriminandome a mi mismo, retirando las palabras que mencione al principio. Fuese el alcohol que tenía en mi cabeza, tal vez que mi corazón no parará de latir, pero te miré. Cabellos largos y ondulados, estos eran nuevos, me acorde de ti. Yo te deseo, necesito el amor que tanto teníamos en aquellas escapadas, extraño tus labios, como tus frenos rozaban levemente con mis dientes. Tal vez tu nunca lo sabrás, pero creo que es algo que me gustaria aclarar.