Donde los amigos de Alex le contratan un cariñoso a él por su cumpleaños, sin saber que Alex terminaría enamorándose. (Ya pronto cumplo años eh 🥺 polfavo)
Soft
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No era un fan de los tipos de negocios en los bares bajos de el mundo, normalmente no suele toparse por ahí además de cuando recoge a algunas amigas borrachas. No, tampoco fue algo que él había planeado, si estaba consciente de que existía esto. Pero el mirarlo como lo hacía aquel hombre musculado mientras él estaba sentado en aquella silla sin poder quitar la mirada, tal vez sería algo que querría repetir. Pero solo con el.
20 años recién cumplidos, Alex por fin ingresaba a la adultez por primera vez, con algo de miedo a decir verdad, pero él le gustaba hacerse el valiente.
Su fiesta de cumpleaños fue sorprendentemente buena, sus amigos le hicieron una fiesta (privada, al el ser algo introvertido) que resultó hacerlo tan feliz. Hacia mucho tiempo que no se agarraba el estómago de tanto reír.
Los estudios lo tenían algo mal, vivía alrededor de libros y apuntes, tal vez por eso sintió que sus amigos se esforzaron aún más en que su cumpleaños fuera perfecto, y lo fue.
Hasta que tocaron las 12 de la noche.
Casi nadie quedaba en aquel bar oscuro, algunos amigos se habían marchado y solo quedaban Roier, su novio Cellbit, Rivers, Robleis y Rubius; Aunque estos estaban en su mundo, donde robleis y rubius ligaban con unos meseros de el bar, vegeta y carrera.
Roier y Cellbit parecían tampoco ponerle tanto peso ahora mismo, ambos estaban juntos mientras tomaban sus manos con timidez, como si no se cogieran cada noche y quackity los escuchara en su departamento.
Y bueno, Quackity y Rivers eran los únicos que estaban ahí mirando los comportamientos tan románticos de los otros, una extrañando a su novio y otro queriendo un novio.
Y podría transcurrir la Fiesta así el resto de la noche, pero el reloj dio el último movimiento para marcar las 12, algo que los meseros notaron.
Al sonar la alarma, los amigos de quackity sonrieron entre ellos, mientras este los miraba a todos como bichos raros, él era el único que no parecía feliz de que fuese tan tarde.
Pero, cuando entendió el porqué sus amigos se emocionaron, fue ya cuando sus amigos lo acorralaron para llevarlo hacia una sorpresa divertida (según ellos) que incluía que sus ojos estuvieran tapados. No debía mirar, el quería hacerlo pero no podía.
Y pronto lo entendería, bueno, tú y yo sabemos que lo hará.
Pues él no, cuando fue escoltado por sus amigos hacia un lugar extraño, y fue acomodado en un lugar suave, tuvo un presentimiento extraño pero un olor a colonia fuerte.
