El palomar aún coronaba una de las torres más altas de la ciudadela, aún estaba cubierto completamente por siglos de excrementos, y por sus muchas ventanas aún se colaba un viento helado. Más gélido que nunca.
- Dioses, qué frío - murmuré, mientras miraba por un catalejo prestado, sintiéndome molesto conmigo y con los labios apretados a causa del frío.
- ¿Quieres decir que nunca has tenido más frío?
- Sabes que sí. - Todos lo habíamos tenido, expuestos al hielo mortal. Pero entonces parecía que hubiera una chispa que nos daba calor. Esa chispa la había apagado a conciencia cuando alejé a Jungkook y a Wooshik.
- Allí, encima de la colina. - Dije al divisar algo, pasándole el catalejo a Seojoon. - Humo.
- Humo - chilló una paloma - humo.
Seojoon la miró con recelo, y desde sus jaulas de las paredes las demás le devolvieron la mirada sin parpadear. Solo el águila de bronce, enorme y regia, que debía de haber enviado la Primera entre Clérigos con otra oferta, o más bien exigencia, de matrimonio para mi madre, siguió atusándose el plumaje con orgullo y no se dignó a bajar la cabeza.
- Humo, humo, humo…
- ¿Puedes hacer que callen? - preguntó Seojoon.
- Repiten partes de los mensajes que las han entrenado para recitar - respondí.
- No te preocupes. No nos entienden.Pero mientras todas aquellas docenas de ojos se volvían hacia mí como uno solo, mientras las cabezas se ladeaban con atención, de nuevo me vi obligado a dudar si entenderían las cosas mejor que yo. Me giré hacia la ventana, y vi la voluta torcida de humo recortada contra el cielo, creciendo.
- Por ahí hay una granja.
Su propietario había formado parte de la procesión en el funeral de mi padre. Intente no preguntarme si aquel hombre habría estado en su granja cuando llegó Min Yoongi de visita. Y en caso de que no, quién habría habido allí para recibir a los ulsenses y qué les habría pasado desde entonces.
«Un buen clérigo sopesa el bien mayor - solía decir la Anciana - y aspira al mal menor». Sin duda, un buen rey tampoco podía proceder de otra forma.
- ¡Dioses! - dije entredientes.
- ¿Estás contento, Taehyung? - Sentí la densa mirada de Nada sobre mí. - era lo que querías.
¿Esto era lo que quería? Ver a mi pueblo arder… mas bien lo dudo pero…
Aparté el catalejo de la granja en llamas, tal vez con una leve, casi imperceptible sensación de culpa, escruté el horizonte irregular y capté el reflejo del sol sobre el acero.
- Guerreros.
Bajaban por el camino del norte, extendiéndose desde una hendidura en las colinas. Desde tan lejos, el ejército parecía deslizarse como un chorro de melaza en invierno, y me sorprendí mordiéndome el labio y deseando que corrieran más.
- El rey de Daegu - susurré para mí - metiendo prisa a un ejército de ulsenses que avanza hacia Jinju.
- Los dioses cocinan extrañas recetas - dijo Seojoon.
Levanté la mirada a la cúpula del techo y a los dioses pintados en ella como aves de colores desvaídos. Y en el centro sonriendo entre la sangre, la diosa de la Guerra.
- Te he rezado pocas veces, lo sé - murmuré a su imagen. - Siempre he sido más partidario del dios de la Paz. Pero concédeme la victoria en este día. Devuélveme la Silla Negra. Me has puesto a prueba y estoy preparado. Ya no soy el necio que era, ni el cobarde, ni el crío. Soy el rey legítimo de Daegu.
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The King (Taekook)
AdventureEn el reino de Daegu el viento azotó las estrechas ventanas de los aposentos, lo que hizo estremecer incluso la puerta, sujeta por bisagras de hierro, y las llamas de la chimenea estallaron con intensidad. •°•°•°• Contenido Taekook ♡ Personaje princ...