Escapando de la tormenta

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Todos los días se habían vuelto monotonos y lluviosos para Rosse, sus ojos amenazaban con cerrarse durante el día, pues su mente se llenaba de preguntas y dudas durante la noche, la neblina cubría totalmente todo lo que estaba a su alrededor dejándola completamente aislada de los demás, sus ánimos eran decadentes, todos se preocupaba por ella, pero ella no notaba esto, pues la lluvia inundaba su mente con ideas que preferiría olvidar. Sabía que de no hacer algo con su situación, no podría seguir así por mucho más tiempo, le había prometido a Ryu que en los cuatro años que pasaron separados, no lloraría, y en tan solo dos meses, había roto esa promesa mil veces, debía detenerse.

Ese día se levantó dos horas más temprano que de costumbre, la lluvia afuera era torrencial, pero dentro de ella un pequeño sol acababa de asomarse entre las nubes de tormenta, tenía esperanza de que todo podría mejorar, la razón era tan insignificante para muchos y tan importante para ella... Había recibido un e-mail de Ryu, con ese pequeño detalle sus ánimos se habían levantado nuevamente.

La alarma sonó unos minutos después de que ella saliera de la ducha, la había programado una hora antes de lo normal, sin embargo no había sido necesaria, pues a ese punto ya solo le faltaba arreglarse y estaría lista para irse. Tomó unos pantalones acampanados, una camiseta manga larga, ajustada, y un gorro de lana que Allan le había regalado, se puso un par de botines negros y se paró frente al espejo del baño dispuesta a arreglarse como lo hacía antes. Sacó un estuche con algunos productos de maquillaje que había alistado antes de irse de Vancouver, todo estaba sellado aún, había olvidado como usar la mayoría de esas cosas, así que solamente se aplicó labial y pellizco sus mejillas para darse color, antes de salir de su apartamento se sentó frente a la computadora y leyó el e-mail una vez más:

"Querida Rosse:
Lamento no haberte no haberte escrito antes, no he tenido mucho tiempo, espero que esté feliz y que todo este marchando bien por tu lado, recuerda que pronto estaremos juntos de nuevo, te quiero, cuídate.

ATT:Ryu. Y"

El sol iluminó su rostro en ese momento y una sonrisa se dibujo en su boca, ese pequeño texto era algo preciado para ella, miró el reloj, faltaba media hora para que empezaran sus clases, tomo su abrigo y sus llaves antes de entrar en el auto, puso la radio y una de sus canciones favoritas empezó a sonar, una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro al recordar que Ryu odiaba el rock, siempre que ponía una de esas canciones, él hacía un gesto de desaprobación y cambiaba la emisora.

Cuando llego al estacionamiento logró divisar a Allan, se apresuró a salir del coche para alcanzarlo, él caminaba a grandes sancadas por lo que Rosse tuvo que correr para llegar a su lado, lo tomó del hombro para frenarlo.

—¡Hey!¡Hola!—la saludó con su característica sonrisa.

Ella levantó una mano para tomar aire antes de contestar.

—¿Cómo es que caminas tan rápido?—preguntó jadeante.

Él sonrió y apartó el cabello que ella tenía en el rostro.

—¡Me alegra que te gustara el gorro!

—Sirve para el frio—contestó ella sonriente.

—¡Wow! Te sienta bien sonreír, te hace lucir más encantadora.

Ella se sonrojó, no por el cumplido, sino porqué por un momento eso le recordó a Ryu, las nubes amenazaron con colocarse arriba de su cabeza, rápidamente ahuyento sus pensamientos sobre él e intentó continuar su día.

La tormenta había disminuido, ella sabía que debía escapar de esta, pero era casi imposible, el cielo era cada vez más oscuro, el sol era escaso, la luna durante la noche era imperceptible, el viento era tan frío que era una tortura para ella no tenerlo a su lado para que la envolviera en la calidez de un abrazo.

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