Profesor Mcclein📚

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Dulce🍬

A la mañana siguiente despierto entre gruñidos, la maldita alarma sono exactamente a las siete de la mañana. Doy palmadas en la mesita de noche hasta encontrar mi móvil, apague la alarma y gire en la cama. Mire el techo durante unos minutos tratando de que mi cerebro agarre wifi con tal de ubicarse dónde está, necesito prepararme para la universidad. Entro al baño con mi teléfono en la mano, busco en mi playlist alguna canción para escuchar y acelerar un poco las cosas. "Sola, suelta y tranquila de CNCO, Fabro y MYA" suena en todo el baño. Abro el grifo de la ducha mientras empiezo a cantar a todo pulmón la canción. El agua caliente me relaja liberando la tensión de anoche y despertando me por completo.

Ayer fue una gran noche, apenas llegué me prepararon para salir, vestí un ajustado vestido corto de cuerina negra que encontré en mi closet, me coloque unos tacones negros, utilice mi mejor perfume y me fui. Afuera ya estaba esperándome un auto negro con vidrios polarizados. Esa misma noche me enteré de que cada bailarina y cantante del club tenía un guardaespaldas y chófer privado.

¡Que maravilla!

Y lo mejor de todo esto es que cuando estés en una situación de peligro o emergencia, tendré que escribirle el sitio donde estoy y enseguida llegará. Al parecer quieren que sus chicas estén a salvo todo el tiempo. Bueno como les contaba, en mi primera noche me fue de maravilla, hubo un momento en que escuche "Dark Horse" y Paolo me pidió subirme al escenario para bailar y cantar. Lo mejor fue que esa misma noche me pidieron en un reservado, - cosa que no sucede el primer día de trabajo, me comentó el pelinegro - hice una amiga, lo cual es bueno, ya que no tengo ninguna. Ni siquiera en la universidad. No crean que soy timida, sino que a ninguna de estas niñas ricas le caigo bien. Y ellas a mi tampoco, así que estamos a mano.

Salgo del baño y me visto con un short negro y mallas, busco en mi armario mi suéter gris en cual me queda un poco más grande de mi talla habitual. Gruñó molesta cuando no lo consigo en mi armario, pero al girarme me llamo a mi misma estúpida al verlo en el sofá frente a mis narices. Tomo unos botines negros de tacón grueso y voy al espejo por maquillaje, rimel, peino mis cejas, un poco de corrector para las ojeras, coloco un poco de pintura en el centro de mis labios y luego aplicó un poco de brillo sobre ellos. Listo, labios semirojisos y apetecibles. Me coloco uno que otro accesorio, tomo mi bolso, el móvil que sigue sonando con música y mis auriculares. Busco un yogurt en la cocina y salgo de mi apartamento en el campus directo a la instalación educativa.

Entro haciendo sonar mis zapatos, saludo a uno que otro chico que también lo hace o me sonríe, las chicas me miran con molestia, otras con envidia y algunas con asco. A decir verdad nadie me quiere aquí, y tienen razón, una chica de recursos bajos en una universidad de niños mimados no encaja muy bien que digamos. En resumen, todas me odian y todos quieren llevarme a su cama. Poniendolo de los dos modos en general. Camino a mi casillero y busco mis libros para ir a la primera clase.

- Hola cielito lindo.

Bufo.

¿Quieren saber cuál es el segundo motivo - aparte de ser de clase media - por el cual las chicas me odian en este lugar?

Por llamar la atención de los chicos, y con chicos hablo del más popular. El cual se ha llevado a toda la universidad a su cama, a todas, menos a mí, y eso lo encabrona.
- ¿Qué quieres Jorge? - inquiero con fastidio.

El pelinegro de ojos oscuros me mira con una sonrisa pícara, que muy aparte de hacerme sentir nerviosa y derretir me, me da asco.

- Solo quería hablar contigo presiosa, y no sé. Quizás, invitarte a mi dormitorio está noche, solos tu y yo - sonríe y trata de tocar mi mejilla, pero lo apartó de un manotazo.

Ya no es niña🍬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora