Zack🖋 ️Maratón 1
Voy a mi auto por el bolso que tengo con un cambio de ropa. La de Dulce está toda manchada de sangre por lo tanto no volveré a ponerse la, ingreso nuevamente al hospital y me dirijo hacia el elevador, marco el piso dónde se encuentra para luego continuar por el pasillo hasta la puerta donde está su habitación. Me adentro lentamente, duerme, por lo que costará un poco cambiarla.
Suspiro pesadamente.
Si amigos, estoy en frente de la tentación en carne y hueso. No saben cuánto deseo ser un robot en estos momentos.
Dejo el bolso en una silla y saco la polera negra del interior dejándola en la camilla. Tomo delicadamente su cuerpo, con mi mano sostengo su cabeza mientras que con la otra, la cojo de la espalda. Al tenerla casi de frente, acomodo sus piernas a los lado de mi cadera y la acerco a mi pecho. Dejo que su cuerpo descanse en mi, corro su cabello hacia la un lado y por un reflejo sin control, acerco mi rostro a el e inhalo el suave aroma a vainilla que tiene. Suspiro, esto esta mal. Sigo con la acción de cambiarla, cojo la polera y la paso con suavidad por su cabeza, voy hacia los nudos de la bata, cuando ya está todo listo, la quito sin despegarla de mi. Paso sus brazos por las mangas de la polera para terminar, con cuidado me cuelgo el bolso y la tomo a ella en brazos. Una de las enfermeras me facilita una silla de ruedas, la saco con su compañía hacia el auto para volver a cargarla dejándola en el asiento del copiloto que está levemente corrido hacia atrás. Me despido de la mujer con un amigable saludo y emprendo camino a mi departamento.
Quizás cuando despierte me mate y me grite, pero no tengo más opciones. Pongo la calefacción ya que está haciendo un poco de frío, paro en un semáforo y aprovecho para mirarla. Acomodo su cabello de manera que no toque la herida que sólo tiene dos tiritas de cinta antiséptica, bajo lento la vista por todo su cuerpo hasta llegar a sus piernas donde la polera se a subido mostrando un poco de su panty de encaje negro. Regreso mi vista hacia la calle y incremento mi agarre en el volante.
[¿Cómo es posible que aún así estando dormida sea capaz de enloquecer me?]
{No será por qué la tienes solamente en el auto con una polera tuya y en pantys?}
Asiento para mí mismo, estiro mi mano hacia su cuerpo y bajo la esquina de la polera cubriéndola.
[Que idiota]
Vuelvo a asentir, solo con ella soy así.
Estaciono el auto en el aparcamiento y bajo con Dulce en mis brazos después de rodearlo. Llego a las enormes puertas de cristal y le pido ayuda al portero para abrirlas.
- ¿Se a quedado... ¿Wow qué le pasó? - retracta lo que iba a decir al ver la cara de Dulce.
- La han atacado, ayúdame a subir si. - el hombre asiente y se mete conmigo en el elevador, marca el último número que es mi penthouse. Salimos al pequeño pasillo y abre la puerta con la llave que tenía en mi bolsillo, luego se retira después de desearme las buenas noches.
Me dirijo hacia la habitación y abro la puerta como puedo, dejo a la rubia en la cama con sumo cuidado para seguidamente cubrirla con las sábanas.
Respiro más tranquilo al tenerla aquí. Voy al baño y me doy una ducha para relajarme un rato, al terminar enrollo una toalla en mi cadera, salgo sacudiéndome el agua de mi cabello rebuscando entre los gabinetes mis pantalones, finalmente los encuentro. Leves murmullos llaman mi atención, por lo que me termino de colocar la prenda para salir del closet.Me acerco hacia Dulce, sus labios se mueven, pequeños susurros escapan de ellos, su ceño está fruncido y respira entrecortada mente.
- No... De... Déjame. No.
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Ya no es niña🍬
De TodoSe supone que el amor es recíproco, que traspasa barreras, e incluso que no importa la edad que tengas siempre estara allí. Pero... ¿Qué sucede cuando este se enfrasca en unir a dos personas distintas con mundos igual de distintos? ¿Acaso es ilegal...