Empleo💃

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Dulce🍬

Bajo de mi skateboard sacando el paquete que tengo en mi mochila. El local frente a mí es un club de baile y canto, uno de los lugares más costosos conocidos en la ciudad de Manhattan, aquí es donde los hombres buscan una distracción viendo a mujeres bailar y cantar para ellos. Me acerco un poco tocando el timbre del lugar, espero un momento a que abran, mi mirada viaja directamente hacia una de las ventas donde se ve que piden a una chica que baile y cante. Mis ojos se iluminan, muerdo ligeramente mi labio inferior. Tomar ese puesto me ayudaría con un dinero extra aparte del que ya gano en el lugar de envíos.

¡Ah perdón! Por poco y lo olvido, que mal educada soy, mi nombre es Dulce Beker, tengo diecinueve años de edad, vengo de un pequeño pueblo en Boston del cual me fui cuando me dieron una beca en una de las universidades de Manhattan, rápidamente busque un trabajo en cualquier lugar y por suerte conseguí uno de repartidora. A decir verdad para mi edad soy bien bajita, parezco un pitufo, ya no sé qué creer. Mi cabello rubio por naturaleza llama mucho la atención por su color dorado y mis ojos cafés oscuro emboban a cualquiera - o eso es lo que dicen - mi cuerpo para ser pequeño está bien distribuido gracias a los atributos de mi madre los cuales herede, cintura normal pero con curvas suficientes, busto medio, lo adecuado para mí ser y tracero aceptable. Tal vez no sea tan...
Explotada, por así decirlo, pero sé que tengo lo suficiente para captar la atención de cualquiera, y con mis movimientos de cadera en el baile y mi voz se que puedo tomar la atención de los que están a mi alrededor.

El maldito pitido de algún lugar me sobresalta de manera inmediata, como loca busco de donde demonios pudo venir ese sonido y lo encuentro en la pared, justo al lado del timbre hay un micrófono, a decir verdad es un comunicador.

¿Creo que así se llamaba ese aparato?

- ¿Puedo ayudarle en algo señorita? - escucho la voz de un hombre a través del micrófono.

- Ehm. - rebuscó en mi mochila - Soy de la agencia de entregas y... Vengo a dejarle un paquete al señor Paolo. Paolo James.

El tipo no me responde en un rato, pero luego me pide que esperé un momento. Miró a mi alrededor y la zona es muy bonita a decir verdad, pero mi vista recae nuevamente en el cartel en la ventana. En serio me siento interesada en ese trabajo, pero no sé...

- ¡Hola! - rápidamente giro a mirar a un hombre que aparece por la puerta del local vestido con un traje gris, el hombre es de ojos ámbar y cabello azabache, la sonrisa que tiene me transmite tranquilidad. Se ve buena gente, por lo que yo sonrió también - Soy Paolo James, tengo entendido que tienes un paquete para mi.

- Eh, si aquí tiene. - le extiendo el paquete - Solo necesito que me firme aquí - le extiendo una tabla con unos papeles que tiene que firmar.

Mientras él hace eso, yo sigo viendo el cartel, hasta que la voz del hombre llama mi atención.

- ¿Te interesa el trabajo?

- Yo... - lo miro apenada, pero en cambio el me regala una sonrisa.

- Sabes cantar o bailar. - inquiere con una ceja enarcada, asiento sabiendo de mi poder en esas partes - Sabes hacer ambas. - vuelvo a asentir - ¿Te interesa hacer audiciones?

Sonríe como maniático.

- ¿Puedo? - el solamente vuelve a sonreír.

- ¡Bah! Por supuesto. - se acerca a mí y pasa un brazo por mis hombros - Cualquiera que sepa bailar y cantar tiene las audiciones abiertas. Ven, solo dime qué canción cantarás y yo hago el resto.

- ¿Seguro? - pregunto tímida - No quiero parecer interesada o necesitada.

- Oye, - me frena en el marco de la entrada - tu tranquila que yo arreglo todo.
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Ya no es niña🍬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora