Dulce🍬
¿En el closet?
No...
¿El baño?
Menos...
¿Detrás de la puerta?
¡Tampoco!
Lanzo un grito de frustración al aire, no puedo terminar de vestirme así, y no me pondré otros zapatos, son esos porque son esos. Joder es que dónde están. Me miro al espejo, mi look está incompleto, camisa de tirantes negra con un chaleco de mezclilla y un jean blanco. El problema son mis pies con calcetines de Stitch, no consigo mis botas negras de tacón grueso.
- ¡Mamá! - asomo mi cabeza a la puerta - ¡¿Y mis botas negras?!
Escucho la risa de papá en la sala y bufido cansado de mi madre.
- ¡¿Buscaste bajo tu cama?!
- Oh. - rápidamente subo en la cama de un salto para asomar mi cabeza bajo esta - ¡Bingo!
Tomo el par de zapatos, pero al final cuando ya los tengo en mis manos termino dando una voltereta por estar de cabeza. Caigo a bruces en el suelo, pero por lo menos conseguí lo que quería. ¡Botitas!
- Estoy listo. - se anuncia mi hermanito entrando en la habitación. Viste unos jeans de mezclilla, zapatos Nike y una polera azul de Paw Patrol. Nunca entendí que le veía a esos perros, pero bueno.
Termino de colocarme mis botines, un poco de maquillaje, peino a Ihan y listo. Cojo mi skateboard, una cuerda y la guardo en mi morral con ayuda de mi hermanito. Sí mamá ve esto de seguro nos mata, salimos de casa lo más rápido que podemos con dirección a la de Jessica. Hoy me toca cuidar a Dylan y llevaré al enano para que juegue con el, también los llevaré al parque y quizás si da tiempo, a comer helado.
En la salida del campus amarro la cuerda debajo del skate, Ihan corre a sentarse en la tabla entre risas, repito si mamá ve esto nos mata, jamás le gustó que fuera por la calle con Ihan sentado en mi skateboard, a decir verdad jamás le gustó esa tabla, recuerdo que la primera vez que me subí en uno fue cuando tenía dieciocho años. Terminé con un brazo roto pero aprendí algo, jamás, jamás, jamás, nunca en tu vida, te subas a un skateboard sin protecciones. Luego cuando aprendí a dominarlo, papá me regaló el mío, a Grace por poco le da un infarto.
Si se preguntan cómo aprendí... échenle la culpa a los niños de la plaza en el pueblo.
El camino a la casa de Jessica es corto, queda a unas cuantas calles de la residencia del campus. Y por suerte no son tan concurridas como otras, por lo que fácilmente puedo llevar a Ihan en el skateboard, para eso era la cuerda.
- ¿Dulce? - hago un sonido para que sepa que lo escucho - ¿Crees que le caeré bien a Dylan?
Giro mi cabeza y veo a mi hermano sobre mi hombro dedicándole una media sonrisa. Al parecer etiquetas es algo que tenemos en común, jamás hemos sido buenos para tener amigos, yo por mi timidez y forma de ser, y el por su cerebrito. Bienvenidos a los hermanos Beker, pero, siempre hay una primera vez para todo ¿no? Si yo conocí a Jessica, el podrá llevarse bien con Dylan.
- Claro que sí pequeño. - la sonrisa que me dedica a continuación me llena el alma y es suficiente para saber que nunca dejaré que algo malo le pase.
Llego a casa de la castaña y toco el timbre, tomo el skateboard del suelo y lo ato a mi mochila, la puerta se abre mostrando a una Jess a punto de morir.
- ¡Al fin llegas! - me abraza - Necesito tu ayuda, no encuentro que ponerme, Tayler llegará en una hora y... Awww. - mira a mis piernas donde justo detrás de ellas se esconde el rubio - ¿Y este pequeño?
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Ya no es niña🍬
RandomSe supone que el amor es recíproco, que traspasa barreras, e incluso que no importa la edad que tengas siempre estara allí. Pero... ¿Qué sucede cuando este se enfrasca en unir a dos personas distintas con mundos igual de distintos? ¿Acaso es ilegal...