¿Qué pasaría si me gusta un poco el hermano mayor de mi amiga?
𝙉𝙤 𝙤𝙣𝙚'𝙨 𝙚𝙫𝙚𝙧 𝙝𝙖𝙙 𝙢𝙚, 𝙣𝙤𝙩 𝙡𝙞𝙠𝙚 𝙮𝙤𝙪
𝙏𝙧𝙪𝙩𝙝, 𝙙𝙖𝙧𝙚, 𝙨𝙥𝙞𝙣 𝙗𝙤𝙩𝙩𝙡𝙚𝙨
𝙔𝙤𝙪 𝙠𝙣𝙤𝙬 𝙝𝙤𝙬 𝙩𝙤 𝙗𝙖𝙡𝙡, 𝙄 𝙠𝙣𝙤𝙬 𝘼𝙧𝙞𝙨𝙩𝙤𝙩𝙡𝙚
Inspirado e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Marc's pov
Ya pasaron otras dos semanas, en las cuales me las pasé hablando y saliendo con Paulina. Y con cada día que pasa mi afecto hacia ella crece. Me desperté pensando en Paulina como de costumbre, pero hoy también pensando en Hector. Es mi mejor amigo de siempre, crecimos juntos, y es como un hermano para mí. Y obviamente que lo quiero muchísimo, por lo que no tengo ganas de estar mal con él por una chica. Siento que los tres estamos haciendo el tonto, porque sabemos que el otro sabe. Es lunes y supongo que los veré a ambos en el almuerzo. Así que bueno, se hará lo que se pueda. Apenas llegué al instituto, me acerqué a Hector.
—Bro, quiero hablar contigo. Seriamente. Los dos sabemos de qué
—Yo también quiero hablar sobre eso —replicó
—Seré totalmente directo, creo que me estoy pillando un poco por Paulina, pero tu le gustas a ella.
—Tienes que estar de coña —dice incrédulo— De dónde sacaste eso, Guiu?
—Pues he pensado bastante, y sé que a ti te gusta también, entonces quiero que lleguemos a algo, sabes?
—No, no me gusta. Y yo no le gusto. Intenta lo que quieras con ella.
—Eso no te lo crees ni tú.
—Mira, te diré todo de una vez. Pues sí, a ver, que es guapa no te lo voy a negar. Pero no. Además si a ti te gusta, tengo que respetarlo. Si yo hubiese sabido en ese momento que ti te gustaba, no lo hubiese hecho obviamente. Los dos sabemos muy bien para qué nos usamos, pero tampoco cuenta mucho que digamos sabes, íbamos borrachos los dos. Y obviamente que no se va a volver a repetir. Tío, si tan solo supieras lo bonito que habla Pau de ti. Igualmente deberían hablarlo. Pero que te quede claro, si hay alguien enamorada aquí, definitivamente es ella. —soltó
Suspiré aliviado al escuchar sus palabras. Aunque la última frase me dejó pensando y pensando. Ahora que ya había hablado con los dos, bueno, con Paulina a medias, pero por lo menos la conciencia ahora me pesaba mucho menos.
—Gracias y perdón, hermano —digo, algo avergonzado
—No te preocupes, sabía que estabas pillado eh —me guiñó un ojo y los dos nos reímos, mientras caminábamos a las clases.
Pauli's pov
El lunes por la mañana empezó como cualquier otro, pero había una inquietud en el aire que no podía ignorar. Mientras caminaba hacia el instituto, mis pensamientos volaban entre Marc y Hector. También hoy tengo el primer entrenamiento de voley. Me senté en mi lugar habitual en el aula, sacando mis libros de la mochila. Traté de concentrarme en el proyecto que estábamos haciendo con Martina y Lamine, pero no podía. Ambos notaron que algo me pasaba
—Venga Pau, concéntrate, que los tres estamos jodidos en Biología —dice Lamine, suspirando
—Yo estoy concentrada, que la vieja nos tenga bronca es otra cosa.
—Definitivamente tu no estás concentrada, chula. Algo te pasa —habló Martina— Sabes que puedes contarnos.
—Bueno, ya saben, lo de Marc y Hector...—Ambos me miraron, esperando a que siga hablando— Por más que intente concentrarme, mis pensamientos siguen regresando a la conversación que había tenido con Marc la semana pasada y la forma en la que los tres estamos actuando últimamente. Los dos son importantes para mí, y la tensión que se había acumulado entre nosotros últimamente me estaba afectando más de lo que quería admitir. Los tres nos hacíamos los tontos, y aunque algo hablé con Marc, no termina de ser suficiente.... —solté
—Yo creo que deberías hablar con ambos, sinceramente —dice Martina
—Martina tiene razón, hazlo lo más temprano posible que puedas, obviamente cuando estés lista —agregó Lamine
—Gracias a los dos por escucharme, ya en el almuerzo voy a hablar con ellos —les agradecí.
El timbre sonó anunciando el almuerzo y me dirigí a la cafetería. No había visto a Marc ni a Hector en toda la mañana, lo cual no era inusual. Cuando llegué, los ví sentados juntos, hablando en voz baja. Y me costó, pero me acerqué
—Hola chicos —dije, intentando sonar casual.
Marc levantó la vista y me sonrió, pero noté una sombra de preocupación en sus ojos. Héctor, por otro lado, me dio una sonrisa más relajada de lo habitual.
—Hola, Pau —respondió Marc, haciéndome un gesto para que me sentara.
—Les parece si vamos afuera? Así nos escuchamos mejor —dice Hector
Marc y yo asentimos, ellos se levantaron y comenzamos a ir hasta el patio. Me senté entre ellos, sintiéndome un poco como si estuviera en medio de una tormenta que aún no había estallado. Hasta que decidí hablar.
—Ustedes son mis amigos, y no quiero perder eso. Pero también es injusto para los tres ignorar lo que sentimos.
—Hector y yo hemos hablado —dijo, mirándome a los ojos—. Y necesitamos hablar contigo también.
Mi corazón empezó a latir más rápido. No estaba segura de qué esperar, pero sabía que este momento llegaría eventualmente.
—Está bien, decime —respondí, intentando mantener la calma.
—Lo que quiero decir es... que me estás comenzando a gustar, Paulina. Pero no quería complicar las cosas entre nosotros tres, además de que he sido un imbécil —dijo Marc
Me quedé en silencio, procesando sus palabras. Miré a Hector, buscando alguna pista de cómo se sentía él al respecto. Hector se aclaró la garganta y me miró directamente a los ojos.
—Después de hablar con Marc, he decidido que no quiero que esto se interponga entre nosotros —dijo Hector con sinceridad—. Sé que me he comportado de manera extraña últimamente, en plan, ignorando lo que pasó entre nosotros haciendo como si no pasó nada, y lo siento. Pero si Marc está dispuesto a ser honesto, yo también lo estoy.
Marc asintió, su expresión era seria pero comprensiva.
—Yo también voy a ser honesta entonces. Quería pedirles disculpas por haberme hecho la que no pasó nada, y bueno... Me gustas un poco Marc —digo mirando a otro lado— y Hector lo sabe.
—No queremos presionarte, Pau. Solo queríamos ser honestos contigo y con nosotros mismos. No importa lo que decidas, seguimos siendo amigos.
Los tres seguimos hablando hasta que de una cosa a la otra, cambiamos de tema. Pasamos el resto del almuerzo hablando de cosas normales, tratando de volver a una sensación de normalidad. Pero había una nueva honestidad entre nosotros, una franqueza que nunca antes había estado presente. Y eso, pensé, era un buen comienzo.