JUNTOS OTRA VEZ

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Capítulo 8:

A ese viaje de vuelta se había unido a ellos Dende, el patriarca le había dado permiso para ir con ellos, ya que desde que se habían llegado al planeta desde la Tierra Dende había echado de menos a su amigo Gohan, y ahora que podían estar juntos... el Patriarca había accedido a que se fuera para ser el nuevo Kamisama y así la Tierra volvería a tener las bolas de dragón.

Cuando Vegeta llegó a la cocina, los demás ya estaban allí desayunando, aunque él tan solo cogió un poco antes de decirlo a Trunks que se reuniera con él en la cámara de entrenamiento, era hora de que entraran juntos.

El problema surgió cuando Goku quiso ir con ellos...

Vegeta: ni los sueñes Kakarotto, entraremos sólo Trunks y yo
Goku: pero yo también necesito entrenar...
Trunks no se preocupe Goku, hay dos cámaras de entrenamiento
Vegeta: uhmmm... dos?, porqué...
Trunks: porqué mi madre preparó dos por si yo destrozaba una demasiado y la dejaba inservible, pero no la he utilizado ni una sola vez, realmente mi madre la hizo muy resistente
Goku: perfecto, Gohan, Piccolo, Krilin y yo entrenaremos en esa otra
Vegeta: perfecto, vamos Trunks, comenzaremos con el entrenamiento

Por delante estaban varias semanas de viaje de regreso y todos querían estar en la mejor forma posible, ver como estaban actualmente sus poderes e incluso aumentarlos más si era posible... durante ese tiempo, ya que todos sabían por Trunks cuánto habían aumentado sus poderes en la otra línea temporal, y además si se excedían... Dende podría curarlos en un momento sin necesidad de las semillas del ermitaño, las cuales... ya no existían.

El entrenamiento al que Vegeta estaban sometiendo a Trunks era muy duro, pero Vegeta necesitaba ver esas transformaciones a las que él había conseguido llegar para poder llegar él antes que... Kakarotto principalmente, algún día tendría esa pelea que le prometió... antes de morir y... le vencería.

Pero aunque el entrenamiento era sumamente importante para el príncipe, había decidido que también debía pasar algo de tiempo con su nieta, quería poder al menos estar algo más con ella de lo que había estado con Trunks, tenía una nueva oportunidad para ser el hombre que Bulma le había dicho que era, y por... lo que le había contado Trunks... parecía que así era.

Por eso cada noche después de haberse sometido a sí mismo y a Trunks a una dura sesión de entrenamiento, iba a la habitación de su nieta, se sentaba junto a ella en la cama y... escuchaba todo lo que la niña intentaba decirle, ya que apenas tenía cerca de un año y por tanto... su vocabulario era escaso.

Aunque para la niña, era más que suficiente ver llegar a su abuelo cada noche a su habitación y que la ayudara a meterse en la cama, aunque... en realidad simplemente la miraba y ella se metía en la cama, le daba las buenas noches y lo veía marchar después de recordarle cada noche que ella era una princesa y... algún día... una gran guerrera.

Esta vez estaba dispuesto a comprender todos esos sentimientos nuevos que tenía cuando murió y de los cuales siempre pensó que eran debilidad, ya que era así como se lo habían enseñado, mostrar sentimientos era enseñarle al mundo su punto débil, darle al enemigo la ventaja para ganar, ya que el dolor por la pérdida del otro sería tan grande que uno acabaría dejándose vencer con tal de que no le hicieran daño al otro.

Sin embargo, el mismo había comprobado que eso no era así, había visto en Namek como esos sentimientos de proteger a alguien o vengar a alguien había provocado tal ira en Kakarotto... que se había convertido en Super Saiyan, aunque si bien él lo había conseguido también a través de la ira, la razón que lo provocó... fue otra, la de no poder tener su deseo de revancha, pero al final... resultó ser... un sentimiento de pérdida, de perder algo importante para él como era aquella pelea pendiente.

Todos estos pensamientos recorrían su mente cuando algo los asaltó con fuerza, el recuerdo de la despedida de Bulma, el sentimiento que no fue capaz de expresar, que no fue capaz de decir...

Recordar ese momento le dolía cada noche desde que había vuelto a la vida, ese pensamiento asaltaba sus sueños una y otra vez, veía a Bulma en la cámara de gravedad pidiéndole... que volviera con ella, diciéndole... que regresara con vida, y sin embargo él... no fue capaz ni de girarse a ver por última vez su rostro y menos... decirle que la amaba, y eso... no estaba dispuesto a permitirlo más.

Debía idear la manera de ser capaz de hablar con ella, de decirle todo lo que no le dijo, demostrarle... lo que no le demostró, pero sobretodo... tenía que buscar un lugar apropiado para decirle todo lo que su corazón albergaba, ya que Trunks también les había contado que Bulma no tenía ni idea de que realmente no había salido a entrenar al espacio, sino... que su verdadera misión era... revivirlos, sobretodo al... PRÍNCIPE.

Los días pasaban y por tanto más cerca de su destino estaban, ese día Trunks no podía entrenar con su padre ya que Mai necesitaba que la ayudara con varios asuntos de la nave, así que Piccolo se ofreció a entrenar con Vegeta.

Piccolo: oye Vegeta, si quieres yo puedo ser tu oponente de pelea...
Vegeta: no me hagas reír... insecto, prefiero entrenar solo (dijo mientras le daba la espalda y se marchaba)

Al entrar solo en la cámara de entrenamiento decidió meditar, aunque realmente en un principio su intención era la de recrear en su mente una y otra vez una posible pelea con Kakarotto, pero en vez de eso acabó meditando, relajando su mente en el momento que en vez de dibujarse en ella su deseo inicial... se dibujó una silueta femenina de cabello azul y unos ojos...

Unos ojos de un azul inmenso, unos zafiros que brillaban cuando lo miraban, unos ojos en los que era capaz de perderse, al igual que en esos labios granates o embriagarse del olor a fresas que siempre la acompañaba.

Y encontrándose en esa profunda fase de la meditación pudo trazar el plan perfecto en el que le diría sus sentimientos, en el que abriría su corazón por primera vez en su vida con la esperanza... de ser correspondido después de tanto tiempo.

Aunque su corazón realmente lo que sentía era la certeza de que sería así, certeza después de saber que ella iba en una fecha concreta a un lugar concreto, un lugar el cual él estaba seguro de saber cuál era, al igual que la fecha.

Mientras meditaba acabó evocando la fecha y el lugar, tenía que ser justo ese, debía ser el día que llegaron desde Namek, debía de ser el día que lo invitó a su casa, debía de ser el día en que bajo aquel árbol... le dijo que no le permitiría que se enamorara de ella, pero se equivocó, nadie... puede prohibirle algo al príncipe salvó el mismo, y por mucho que intentó... no tener esa clase de sentimientos por ella..., perdió la batalla y comenzó a amarla.

Y justo en ese instante abrió los ojos, sus ojos mostraron determinación, seguridad, ya se había que hacer y cómo, por lo que salió de la cámara de entrenamiento rumbo a hablar con su hijo, lo que tenía que hacer tan solo se podía hacer de una forma ya solo faltaban un par de días para... llegar a la Tierra.

Vegeta: Trunks, necesito hablar contigo
Trunks: sí papá, dame un minuto estoy... (no puedo terminar la frase, la mirada de su padre... decía... AHORA)
Mai: no te preocupes Trunks, ve con tu padre, lo que falta lo puedo hacer sola
Trunks: esta bien

Aunque que mientras hablaban una pequeña niña gateó velozmente hacia la pierna de su abuelo, que la miró con seriedad y alzando una ceja, por lo que Bra rápidamente se puso en pie para saludar correctamente al príncipe.

Bra: hola abuelo
Vegeta: Bra, ahora tengo algo importante que hablar con tu padre, pero dentro de una hora iré a tu cuarto, espérame allí
Bra: sí abuelo (volvió a tirarse al suelo para irse gateando a su habitación y esperar allí a su abuelo)

Después de decirle eso a Bra, Vegeta se dirigió a la cocina con Trunks pegado a su espalda, al llegar se sentaron, comenzando el príncipe a contarle lo que quería que hiciera al llegar a la Tierra, lo único que no le gustaba era que para llevar a cabo todo eso debía pedirle algo a... Kakarotto, necesitaba que lo teletransportara lo más cerca posible del lugar donde llevaría a cabo su plan.

Continuará...

Escrito por Mer Lois

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