JUNTOS OTRA VEZ

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Capítulo 4:

Mientras tanto el viaje de Trunks con su familia seguía su curso, ya faltaba muy poco para llegar al nuevo Namek.

No estaban muy seguros de cómo sería recibida la petición que querían hacerles, cómo se tomarían el que quisieran usar sus bolas de dragón para... devolver a la vida al... guerrero que exterminó a toda una aldea de su tierra natal y que no resucitaron, ya que entonces con el deseo solo resucitaron a los asesinados por Freezer.

Aunque tenían un plan, antes de pedir ese deseo pedirían otro que les ayudaría a que les dejaran hacer esa petición a su dragón, aún así Trunks no paraba de darle vueltas al asunto en su cabeza mientras entrenaba en la cámara de entrenamiento instalada en la nave.

Tenía que encontrar la forma de hablar con él, de convencerlo de que todo lo que había sucedido hasta ese momento le habían llevado a ser quien era, contarle todo lo sucedido con él en la otra línea temporal siendo este el único padre al que había conocido y el que le había hecho prometer que no se rendiría jamás, que se haría cada vez más fuerte porque llevaba la honorable sangre saiyan dentro de él, además de ser su hijo, el hijo de un gran príncipe orgulloso y guerrero que en la otra línea temporal había dejado a un lado su rivalidad con Goku para convertirse ambos en los más fuertes del universo gracias a trabajar en equipo, esa probablemente sería la parte más difícil de hacerle entender, pero... lo que no le diría por nada del mundo, por mucho que él mismo se lo hubiera contado..., jamás le diría que él, el Gran Príncipe, se dejó dominar por un mago para tener esa pelea y que acabó autodestruyéndose después darse cuenta, no sólo de que casi mata al amor de su vida en las gradas del torneo, sino que por su estupidez había dejado libre al peor de los monstruos amenazando de nuevo con matarla a ella, algo... que como su propio padre le contó... cargará con esa culpa toda su vida aunque... su madre le haya perdonado.

Definitivamente, eso era algo que no necesitaba saber, contarle todo lo demás era más que suficiente, ya que en esta línea temporal él mismo habia eliminado todos esos enemigos gracias al entrenamiento que él, su padre, le dio.

Seguía pensando en cómo afrontar todo eso cuando lo tuviera delante cuando apagó la máquina que controlaba la gravedad y salió dirección a darse una ducha en su habitación antes de ir a comer algo, estaba hambriento, no había comido nada en todo el día, ni había visto a su mujer ni a su hija, había estado entrenando desde la hora del desayuno y ya era hora de cenar, tantas vueltas le había dado al asunto que... las horas habían pasado sin darse cuenta.

Tan solo faltaban un par de días más para ese... anhelo del que se había dado cuenta hacía poco pero que siempre había estado ahí, latente dentro de él.

Cuando llegó a su habitación algo le llamó la atención, salía algo de luz y lo que parecía música... del cuarto de baño, era algo raro, ya que esas horas habitualmente Mai estaba dándole la cena a su hija, así que supuso que se le había olvidado apagarlo todo cuando se dio una ducha.

Pero lo que él no sabía es que no era así, ella estaba esperándolo metida en la bañera, el ambiente pretendía ser romántico como cuando él se lo preparaba ella en la Tierra, pero... en el espacio no podía conseguir velas, flores..., así que improvisó con lo que tenía a mano como era un poco de música suave o la intensidad de la luz, además había dejado ya a su hija durmiendo en su cuarto pero vigilada por la computadora, que la avisaria si se despertaba y trataba de salir de su habitación, ya que tenía cerca de un año y aunque se ponía en pie y conseguía andar unos pasos, gracias a que sus genes saiyan ayudaban bastante en eso, a ella le encantaba gatear, recorría la nave en cuestión de segundos, era súper rápida.

Así que cuando Trunks se entró en el cuarto de baño y... vio a Mai... dentro de la bañera esperándolo, haciéndole gestos para que entrara a tomarse ese baño con ella..., olvidó por completo el rugir de su estómago, nadie en su sano juicio diría que no algo como aquello, se quitó la armadura de combate con la que entrenaba, réplica exacta de la de su padre, y se metió rápidamente en el agua.

En cuanto entró, Mai se abrazó a él poniendo sus brazos alrededor de su cuello, para acto seguido comenzar a besarlo, un beso al principio dulce, suave, pero que poco a poco fue comenzando a ser más demandante, más agresivo, sus labios reaccionaban a los del otro con pasión y deseo, el mismo deseo con el que sus manos comenzaron acariciar el cuerpo del otro, entremezclando sus cuerpos curtidos en mil batallas, haciendo que el azabache del cabello de Mai invadiera el azul zafiro de Trunks, perdiéndose por un momento Mai en la mirada oceánica de Trunks cuando éste separó un segundo sus labios para que respirara antes de volver a devorarlos, perdiéndose él también en los onix de ella.

Sentían una necesidad extrema en esos instantes el uno del otro, las emociones por las que estaban pasando desde que salieron de la Tierra les estaba golpeando en ese instante con más fuerza que nunca, Mai sabía que Trunks no lo admitiría jamás con palabras pero... estaba sumamente nervioso por... traer... de vuelta... a su padre.

Y ese nerviosismo hacía que sus manos temblaran mientras la acariciaba, que sus labios temblaran al besarla, que su cuerpo temblara mientras se estremecía junto a ella como hacía años que no le ocurría, como si esa fuera... su primera vez.

Aunque ella... tampoco admitiría ante él... que también estaba nerviosa, como había dicho Bulma antes de que se marcharan, ambos tenían ese carácter orgulloso de la raza saiyan, por lo que estaba segura de que si Vegeta viviera... estaría contento con la lección que Trunks había hecho, elegir como esposa a una mujer fuerte y con mucho carácter..., aunque Mai había visto como mientras Bulma lo decía sus ojos derramaban unas pequeñas gotas ya que... en realidad... esa era la descripción de ella misma cuando... se enamoró de... su príncipe azul.

Pero en un momento dado, Trunks decidió que necesitaba un lugar mejor y más cálido para seguir entregándose a su esposa, ya que el agua comenzaba a enfriarse... demasiado, debido probablemente al calor que radiaban sus cuerpos, así que se levantó con ella abrazada a su cuerpo para ir a la cama, depositarla con cuidado mientras seguían besándose y así seguir entregándose el uno... al otro.

A la mañana siguiente la alarma de la computadora los despertó...

" NOS APROXIMAMOS AL PLANETA NAMEK, DOS HORAS PARA EL ATERRIZAJE"

Ambos habían despertado sobresaltados, por lo visto se habían equivocado los cálculos y habían llegado un día antes, se vistieron rápidamente y fueron a comprobar que efectivamente era el planeta Namek el que estuviera frente a ellos.

Y efectivamente lo era, Trunks entonces se dio cuenta de que los cálculos no estaban mal, sino que ellos... eran quienes se habían confundido en la fecha que era realmente, al no darse cuenta que cuando estuvieron en el planeta del dios de la destrucción... habían pasado más tiempo del que realmente fueron conscientes y por eso... habían creído que llegarían un día... más tarde.

Así que... por fin había llegado el día de enfrentarse... al destino que ellos mismos habían ido... buscando.

Continuará...

Escrito por Mer Lois

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