JUNTOS OTRA VEZ

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Capítulo 17:

Cuando Vegeta terminó de hacer lo que para ella fue una nueva declaración... de amor, puso sus manos en la cara de él y lo atrajo hacia ella para besarle con suavidad en los labios, había comprendido perfectamente el porqué de ese deseo, aunque rejuvenecer hubiera sido poder pasar más años juntos... también hubiera sido raro que de pronto la dueña de la Corporación Cápsula volviera a ser joven.

Bulma (después del beso): Vegeta... a mí no me importa si tú eres joven o lo soy yo, lo único que quiero y que siempre quise es tenerte conmigo el máximo tiempo posible, además... a mí me ocurre como a ti... adoro que Bra me llame abuela y sería raro que se lo llamara a alguien con la edad de sus padres...

Mientras hablaba Vegeta la miraba con ojos enamorados, unos ojos negros como la noche que en ese instante parecían de luz, brillaban como si de dos estrellas se trataran...

Vegeta: te amo Bulma y yo...
Bulma: shhh... no digas más... te amo, lo demás no importa, tan solo que vuelvas a estar a mi lado

Con la última palabra sabiendo aún de su boca Vegeta comenzó a besarla de nuevo mientras descendía lentamente hasta un punto en el que comenzó a notar que los demás podrían verlo por lo que ese beso terminó, dándose cuenta Bulma de que ya regresaban junto a los demás y por tanto el príncipe que tenía por esposo... se sentiría incómodo si lo hubieran besarla, así que cuando aterrizaron entre los aplausos de todos los presentes en sus brazos al estilo nupcial, tan solo le dio un beso en la mejilla rápido antes de que la dejara ponerse en pie.

La fiesta comenzó en ese instante, nadie había visto a Vegeta besar a Bulma, pero ninguno tenía la más mínima duda, aún así hicieron como si no hubieran desaparecido en las alturas para claramente tener ese instante de intimidad.

Al igual que ninguno se sorprendió al ver a Vegeta algo más mayor al regresar, ya que en el preciso instante en que el deseo pedido a Shenlong por él y por Goku se cumplió... éste último les explicó a los demás algo parecido, le dijo a su esposa que había sido debido a que quería sentirse un esposo para ella sin parecer en realidad el hermano de su propio hijo, algo a lo que reaccionó Chi-Chi abrazándose a él mientras sus ojos lloraban entre una mezcla de emoción y... extrañeza porqué una idea así pudiera haber sido suya.

Por esa razón cuando Vegeta y Bulma regresaron, Chi-Chi se acercó felicitar a su amiga y a decirle con voz suave y baja a Vegeta... Gracias, dándole además una sonrisa, haciendo que Vegeta volviera sonrojarse como acababa de hacer después del beso en la mejilla de su... Bulma, porqué más que nunca, por fin era su Bulma ante todos, algo de lo que se sentía orgulloso y plenamente feliz aunque... él mismo intentaba convencerse de que tan solo él sabía cuanto la amaba.

Aunque en ese momento había una personita que no pudo aguantar más y corrió hacia su abuelo, se plantó frente a él, miró primero su abuela y le dijo...

Bra: abuela... puedo... darte un beso...
Bulma: claro Bra (la cogió en brazos pero la acercó a Vegeta para que en realidad le diera un beso a él, tan rápido que cuando fue a reaccionar la niña se lo estaba dando esta vez sí a Bulma)

Durante el banquete todos pudieron degustar y disfrutar de la comida, incluido dos seres que desde hacía un tiempo se habían vuelto habituales ya que iban mucho por allí a degustar su comida, Whiss y Bills además de ir a comer y... a ver a Bra..., también habían aceptado entrenar a Vegeta y a Goku para que expulsaran todo ese poder oculto que el Whiss llegado de la otra línea temporal ya les había dicho que tenían, algo que sería bueno que controlaran por si en un futuro fuera necesario.

La velada estaba siendo más hermosa y tranquila de lo que el príncipe llegó a pensar jamás, él estaba tranquilo apartado de los demás, pero Bulma danzaba entre ellos riendo, charlando e incluso bailando con sus hijos, algo que a él no le importaba en absoluto sólo necesitaba verla feliz, algo que podía comprobar continuamente ya que ella le lanzaba miles de miradas con una sonrisa en su cara.

Ella sabía que era mejor así, no presionarle para que también bailara con ella, el tiempo que habían estado suspendidos en la inmensidad de la noche había sido sin duda la mejor parte de ese día, en su soledad, esa paz pero... en compañía del otro, además estaba segura que cuando estuvieran solos... bailaría con ella...

Y de esa forma fue transcurriendo ese maravilloso día con todos sus seres queridos, con sus amigos, con su familia, al fin y al cabo todos lo eran de una forma u otra, una familia de guerreros que habían luchado por la paz y la supervivencia de la Tierra y la raza humana.

Echando la vista atrás Vegeta se daba cuenta de que realmente su vida cambió con una simple decisión, como fue enviar a Raditz para encontrar a Kakarotto y así incrementar el número de saiyan para una misión que aquel maldito insecto de Freezer le había encomendado, aunque ciertamente la razón era más bien que fuera el eslabón débil, fácil de derrotar al ser un clase baja y así servir de distracción mientras conquistaban el planeta.

Cuan equivocado estaba, había resultado ser todo lo contrario, ese clase baja con entrenamiento adecuado... había llegado a ser un digno rival, y ahora... allí estaba ese clase baja compartiendo un baile con la princesa de la raza saiyan, su esposa, y... según la información que tenía... llegarían a ser un tandem perfecto en batallas futuras.

Poco a poco fueron marchándose todos, Piccolo y Dende, Krilin que ya vivía solo en una casa la ciudad y se había hecho policía, después fue el turno de Gohan y Vivel, a la cual acompañaría a su casa antes de volver a la montaña Paoz, a donde su padre ya partía junto a su madre.

Los últimos que quedaron fueron sus hijos, las esposas de estos y... sus dos nietas, una diablilla de poco más de un año y una bebé de apenas unas semanas.

Trunks (con Bra ya dormida en sus brazos): bueno papá, mamá, nosotros nos vamos, hay que acostar ya a esta diablilla
Mai: si, creo que ya tuvo suficientes emociones por hoy
Trunkss: nosotros también, Echalote ha estado durmiendo casi todo el tiempo, pero ya es hora de que la dejemos en su cuna
Maii: si, va siendo hora

Tanto Bulma y Vegeta asintieron para después despedirse de ellos con un abrazo a sus hijos y un beso a sus nietas, pero en el momento que se quedaban solos...

Vegeta (tendiéndole la mano a Bulma): princesa Bulma, me... concede este baile...
Bulma (con los ojos extremadamente abiertos por la sorpresa y aceptando su mano): claro que sí, príncipe... Vege...

No pudo terminar de pronunciar su nombre, sus labios ya habían sido aprisionados por los de su amado esposo para después comenzar un baile lento aunque sin música.

La música no hacía falta cuando la felicidad era tan grande que su cuerpo era capaz de flotar, o eso pensaba Bulma hasta que se dio cuenta que flotaba, literalmente, sus pies no tocaban el suelo, cerró los ojos y se dejó llevar por él, notó el suave movimiento del baile hasta que Vegeta le pidió que abriera los ojos.

No sabía cómo pero... la había llevado de nuevo su habitación, a la habitación que compartían desde que había regresado con ella...

Vegeta: te amo Bulma
Bulma: te amo Vegeta (besándolo suavemente después)
Vegeta: prefieres quitarte el vestido o... nos va... (no puedo terminar de decirle que se irían así vestidos de luna de miel)
Bulma: el vestido?, qué vestido? (le contestestaba entre risas además de guiñandole un ojo, después de mencionar el vestido... no le escuchó más)

Entonces Vegeta volvió a besarla, comenzando a quitarle el vestido sin la más mínima delicadeza, le había dado permiso para hacerlo, así que... el cierre del vestido quedó destrozado, aunque ella no se quedó atrás, le arrancó la camisa haciendo que los botones saltaran e incluso que se rasgara, ya eran marido y mujer así que... la noche sería... apasionada.

Ambos eran más felices de lo que se habían admitido a sí mismos, el deseo de pertenecerse el uno al otro por y para siempre había estado oculto, reprimido en sus corazones desde aquel pacto en el que... tan solo vivirían al momento, el pacto en el que ella no le exigiría quedarse a su lado aún después de darle un hijo, el pacto en que él se podría ir cuando quisiera sin mirar atrás, aquel pacto que en realidad era un engaño para ellos mismos, para no admitir... que se amaban... desde el primer momento...

Continuará...

Escrito por Mer Lois

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