¡AHORA TODO ESTA EN VUESTRAS MANOS! (JUNTOS OTRA VEZ)

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¡AHORA TODO ESTA EN VUESTRAS MANOS!

No comprendo porqué mi padre tiene que ser tan duro con mi entrenamiento, él nunca es así, suelen ser menos agotadores que los de mi abuelo...

Bra: papá, podemos descansar...
Echalote: sí papá, por favor, estoy agotada
Ambos: NO!
Trunks: le prometimos a vuestro abuelo que no os retrasaríais
Trunkss: que estaréis al nivel que quiere que tengáis cuando regrese
Bra: y... por cierto, a dónde fue?
Echalote: sí, a dónde... porqué no nos lo dijo
Ambos: NO!
Trunks: eso no es asunto vuestro
Trunkss: si no os lo ha dicho, por qué creéis que os lo vamos a decir nosotros?, CONTINUAD!

Lo que no sabían ellas era que su abuelo las estaba observando, había disminuido tanto su ki que ninguna de sus nietas ni tampoco sus hijos podían notarlo.

Quería ver la evolución de las niñas y por qué no, también la de los padres, ya que hacía muchos años que no había una amenaza real sobre la Tierra, todo seguía tranquilo, pero no por ello podían relajarse.

Habían pasado ya más de quince años desde que revivió, había pasado los primeros años yendo y viniendo cada cierto tiempo junto con Kakaroto a entrenar al planeta de Bills, pero cuando las niñas tuvieron la edad suficiente para entrenar y luego para llevar la armadura que tanto deseaba primero Bra y luego también Echalote, había dividido su tiempo en ambas cosas, pero... sin descuidar ni por un instante al amor de su vida.

Después de tantos años seguía amándola con la misma pasión, ambos se hacían mayores, pero le gusta ver esas arrugas cerca de los ojos de Bulma o de las comisuras de sus labios, incluso esas canas que ella trataba de ocultar..., la amaba tal cual y... sería así por siempre.

Además él ya había comenzado a aproximarse a esa edad donde todo saiyan comienza a envejecer al mismo ritmo que un terrícola, por lo que comenzaba también a salirle canas que no pensaba ocultar...

Y es esa era la razón por la que observaba el entrenamiento de sus hijos y sus nietas, cuando un saiyan alcanza los ochenta años comienza a no rendir igual en las batallas al comenzar ese proceso de envejecimiento, que aunque suele ser largo, ya que su esperanza de vida, si llegan a esa edad..., es superior a la terrícola, lo que significa que ese guerrero ya debe retirarse de la acción.

Aunque él como príncipe no está dispuesto a ello, si en algún momento aparece algún malnacido que quiera destruir el hogar que obtuvo gracias a la mujer que lo miraba desafiante... luchará mientras le quede un ápice de vida en su cuerpo.

Mientras observaba vio varias cosas que no le gustaron, debía corregirlas cuando volviera ya que supuestamente se había ido con Bulma a la isla, y así era, Bulma estaba allí, en ese instante volaba de regreso junto a ella...

Bulma (abrazándolo en cuanto aterrizó junto a ella): que tal mi amor, el entrenamiento de los chicos con sus hijas fue como esperabas?
Vegeta (besándola antes de contestar): no, ellas se han quejado mucho y ellos... no han sido lo suficientemente duros
Bulma (tranquilizándolo, claramente estaba enfadado): seguro que cuando volvamos... lo solucionarás, ahora...
Vegeta: uhmm... no te quepa duda, pero... ahora... eres toda mía...

Le dijo mientras la alzaba para que rodeara su cintura con sus piernas a la vez que ella se aferraba a su cuello con ambas manos.

Salió con ella volando desde la orilla de la playa donde se encontraban cuando llegó hacia la cascada que descansaba en el lago, lo cierto era que estaban allí porque al día siguiente era su aniversario de boda, todos los años iban unos días, pero éste... lo habían adelantado para que Vegeta pudiera comprobar desde lejos como entrenaban y actuaban cuando él no era quien los entrenaba.

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