Una estancia para Regina

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El Potterverso es de Rowling

Salazar Slytherin había estado ideando una estancia donde pudiera descansar Regina. Los basiliscos odiaban los lugares muy iluminados, por lo que estar milenios encerrada en el castillo no era una mala idea... sin embargo, había consultado con Rowena una forma de que el basilisco pudiera moverse por los pasadizos y su amiga ideó unos túneles que circulasen entre las diferencias estancias sin importunar a sus habitantes humanos; Helga estaba en contra de que el basilisco se relacionara directamente con los discípulos.

Así que, mientras él y Rowena, quien diseñó la construcción del castillo, prepararon la Cámara donde tendrían a Regina, la basilisco estaba en una estancia de las mazmorras. Eligieron como ubicación una estancia del segundo piso. Lo suficientemente cerca para defender la entrada del castillo de enemigos, pero lo suficientemente lejos para permitir una evacuación de los estudiantes.

— ¿Cómo haremos que se abra la puerta, Salazar? — preguntó Godric.

— ¿Por qué me lo preguntáis a mí? — respondió molesto.

— Porque a vos se os ocurrió meter a un basilisco en Hogwarts. Así que, os corresponde a vos decidir todo lo referente a él. — le contestó Helga.

— Vuestras mercedes son de gran ayuda. — concluyó Salazar con ironía. — Rowena y yo estuvimos diseñando una Cámara Secreta para que habite Regina y pueda moverse por unos pasadizos adecuados al tamaño que tendrá cuando sea adulta. He pensado que podríamos usar una trampilla para acceder a la Cámara Secreta.

— También pensamos que, para evitar que personas no autorizadas accedan a la Cámara y puedan manipular a Regina a su conveniencia, la trampilla se abrirá cuando alguien se lo ordene en lengua pársel. — añadió Rowena.

— Pero el único que habla pársel es Salazar. — objetó Helga.

— Puedo escribir en un pergamino las palabras exactas para que se abra la Cámara. Después, podemos pasarlo a nuestros sucesores. — explicó Slytherin.

Los fundadores asintieron a favor de la idea.

Slytherin dijo las palabras para abrir la trampilla y los cuatro magos bajaron las escaleras.

Caminaron por un pasadizo hasta llegar a la puerta con los animales que representaba a los fundadores.

Abrieron la puerta y vieron una estatua de los cuatro magos al centro.

— Pensamos que podría ser un buen detalle. — sonrió Rowena.

— ¡Regina! — llamó Godric.

La cría de basilisco apareció con una rata en la boca. Estaba cazando el almuerzo. Al oír a sus amos, bajó el segundo párpado para no lastimarlos.

— Bueno, parece que le va bien. — rio Godric.

— Incluso parece tierna. Hola, Regina. — Helga se inclinó a acariciar a la basilisco.

— Es muy mansa. — sonrió Rowena. — Tendremos que enseñarle a obedecer a los futuros dirigentes de Hogwarts.

— Por supuesto.

Sonrieron los demás.


Seguimos con la trama de los Fundadores y Regina.

Al final, sin pensarlo ni pretenderlo estoy creando una historia.

Hasta la próxima

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