☆ Señales.

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Al parecer, Seungmin lo dejó medio tonto después de ese beso. Jeongin iba detrás de él, sin importarle que le hablaba en lenguaje de señas y no entendía absolutamente nada de lo que mostraba. Incluso en el salón, era la misma situación con él. Felix y otros compañeros lo miraban extrañados, ya que nunca lo habían visto de esa forma.

Ya hacía un tiempo en que Jeongin no tenía aventuras con gente nueva, más que ni siquiera se esforzaba por coquetear con otras personas.

Había algo raro.

—Ma...— dijo el chico, bajando las escaleras. La mujer estaba sentada en el sofá, por lo que apenas alzó la mirada para ver a su hijo acercarse.

—Dime.

—¿Puedo pedirte algo?— se sentó a su lado, mostrando una pequeña sonrisa.

—Huh, hace mucho no dices algo así. Cuéntame, ¿qué es?

—Quiero... Quiero aprender lenguaje de señas.

—¿En serio?— la madre se mostró sorprendida— Wow, eso es nuevo.

—Bueno, no necesito saber, sólo quiero entender lo que me diga Seungmin cuando se comunique conmigo.

—Oh, Seungmin. Hace tiempo no lo traes a la casa, ¿qué tal si lo invitas? Es un chico muy dulce.

—Sí, mamá, lo sé... Pero no te estoy hablando de eso. ¿Me vas a enseñar?

—Está bien, cariño. Cada que llegue del trabajo puedo enseñarte, ya sabes que vuelvo a mi jornada normal. Y veo que ahora es que estás interesado, ¿tienes una mejor relación con el jovencito?

—Antes no era ni mi amigo, ma, ahora sí, y la verdad es que me molesta cuando me intenta decir cosas importantes y yo me veo como un tonto sin entender.

—Entiendo, además, aprenderlo te podría ser de ayuda en un futuro.

—¡Gracias!— amplió su sonrisa.

—Que lindo— dijo su madre, tocándole la mejilla— No sueles sonreír por todo, me gusta que estés emocionado por la idea. También me alegra que te importe esa amistad con ese chico, es decir, nunca habías estado relacionado con el tipo de persona que necesita un poco más de esfuerzo para tratar. Tienes que tener paciencia.

—Lo sé, lo sé... Me avisas, entonces— decía, parándose de nuevo.

—Claro. Por cierto, hijo, hoy saldré un rato en la tarde a hacer unos trámites. No salgas de casa hasta que yo llegue.

—Huh, entendido.

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4 p. m.

Jeongin estaba viendo unos vídeos de lenguaje de señas, sólo para saber cómo se forman las oraciones y palabras más importantes. Intentó memorizarse "estoy enamorado de tí" y no porque fuera a mostrárselo a él, no, no planeaba hacer eso. Sólo le llamó más la atención.

En eso, se le ocurrió algo.

I.N— mensaje(s):
"Holaa".

K.S— mensaje(s):
"Holap".
"¿Qué tal? :)"

I.N— mensaje(s):
"Bien".
"¿Qué hace un chico lindo a estas horas?"

K.S— mensaje(s):
"No lo sé".
"Deja veo".
"..."
"Hola, Jeongin. ¿Qué estás haciendo?"

I.N— mensaje(s):
"Jajaja"
"Queriendo que vengas a mi casa un rato".

K.S— mensaje(s):
"Uh, ¿de verdad?"

I.N— mensaje(s):
"De verdad".
"No está mi mamá, y vuelve más tarde".

K.S— mensaje(s):
"Uy".
"Propuesta indecente ;)".

I.N— mensaje(s):
"Bueno, quería verte..."

K.S— mensaje(s):
"No insistas mucho más".
"En diez minutos estoy allá".
"Espero me tengas un cartel con una declaración vergonzosa a la que voy a aceptar por pena ajena".

I.N— mensaje(s):
"NO, no haré eso".

K.S— mensaje(s):
"Jsjsj".
"Nos vemos".

Jeongin soltó el teléfono con una sonrisa en su cara. Apenas notó que estaba sintiéndose tonto por estar sonriendo así, frunció el ceño y pensó en algo más.

Y bueno, Seungmin no era mentiroso. Se tardó poco más de 10 minutos en llegar a la casa del pelinegro. Apenas tocó la puerta, Jeongin bajó las escaleras con rapidez para ir.

Al abrir, se encontró con el chico, quien estaba esperando con una sonrisa. Tenía un pequeño peluche en sus manos, si no estaba mal, era el mismo de aquel otro día que causó una pelea... Por otro lado, admiró la vestimenta que llevaba; sudadera negra, camiseta color azul oscuro y cabello que descubría un poco su frente, pero a decir verdad, su rostro destacaba más que las prendas sencillas que usaba. Sus labios se veían brillantes y parecía llevar rubor.

"Hola"— mostró con una de sus manos— "¿Por qué me miras sin decir algo?"

—Oh, hola, Seungmin. ¿Cómo estás?

El castaño levantó sus dos dedos pulgares, a lo que Jeongin sonrió.

—Podemos subir a mi recamara, si quieres... O quedarnos en la sala.

Seungmin giró un poco la cabeza hacia un lado, preguntándose por qué este simplemente no decidía y ya.

"Tú".— lo señaló— "¿Qué quieres?"

—Ah, ¿yo?— pensó, intentando llegar a alguien. Por suerte, respondió lo primero que se le ocurrió y atinó— Si es lo que preguntas, yo estoy bien con cualquiera de las dos, aunque tal vez estés más cómodo en mi cuarto.

—"Pues vamos allá"— expresó con una gran sonrisa.

—¿Ah?— soltó otra vez.

Seungmin suspiró al darse cuenta de que tendría que sacar su teléfono de una vez.

K.S— mensaje(s):
"Subamos, entonces".
"No tengo problema".

—Oh, dejé mi celular arriba— comentó al verlo dejar de escribir en su pantalla.

Seungmin hizo una leve expresión de cansancio, para luego entrar a la casa tras cerrar la puerta tras él. Dió un paso más y tomó de la mano al menor, entrelazando sus dedos suavemente.

Se mostró extrañado, hasta que Seungmin caminó, jalándolo hasta las escaleras. Siguió trás él, para luego entrar a su habitación.

Ruidoso | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora