My Life In Colorado

Capitulo 17

Valen Pérez 

El sábado por la mañana, Los chicos vinieron a casa para irnos. Jarol, Eva, Erin, Isaac, Danny y yo estábamos listos para nuestra búsqueda. Nos subimos al auto con nervios.

Al llegar a la ciudad, nos dirigimos directamente al parque central. Dejamos el auto en un estacionamiento publico y caminamos por las calles, preguntando a los vecinos si conocían a la tía de Lyon y Amy. La mayoría no sabía nada, pero un hombre mayor finalmente nos dio una pista.

-Sí, creo que la tía de esos chicos vive al final de esa calle, en la casa amarilla - dijo el hombre, señalando una dirección.

Nos apresuramos hacia la casa amarilla, con el corazón latiendo rápido. Cuando llegamos, llamamos a la puerta, esperando con ansiedad. Después de un momento, una mujer de mediana edad abrió la puerta.

-Hola, ¿puedo ayudarlos? - preguntó, mirándonos con curiosidad.

-Sí, estamos buscando a Lyon y Amy. Nos dijeron que podrían estar aquí - dijo Valen, intentando mantener la calma.

La mujer nos miró con sorpresa y luego con tristeza -Lo siento mucho, chicos. Lyon y Amy ya no están aquí. Se fueron hace unos días a vivir con su padre en otro estado- explicó.

Nos quedamos en silencio, procesando la información. Aunque habíamos encontrado una respuesta, aún quedaba una sensación de vacío.

-¿Podemos tener algún contacto? Necesitamos hablar con ellos - preguntó Eva, con lágrimas en los ojos.

-La verdad, no tengo su nuevo número, pero déjenme su información y les haré llegar el mensaje de que los están buscando - dijo la mujer amablemente.

Le dimos nuestros números y nos despedimos, agradecidos por su ayuda. Aunque no habíamos encontrado a Lyon y Amy, al menos sabíamos que estaban con su padre.

De vuelta en el auto, nos quedamos en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. La incertidumbre seguía ahí, pero al menos teníamos una pequeña esperanza de volver a hablar con nuestros amigos algún día.

Eva se apoyó en mi hombro y cerró los ojos, exhausta por la búsqueda. La abracé, prometiéndome a mí misma que no dejaría de buscar hasta que los encontráramos.

Pasaron varios días después de nuestro viaje a la ciudad. Aunque habíamos obtenido alguna información, la sensación de vacío aún persistía. La rutina escolar continuaba, pero nuestro grupo se mantenía unido, apoyándonos mutuamente en este difícil momento. Pero yo sentía a Isaac mas distante de mi, y eso me preocupaba. 

Una tarde, mientras estábamos en la biblioteca, mi teléfono vibró. Era un mensaje de un número desconocido.

*Numero desconocido*

Hola, soy Lyon. 

Lo siento por no haberles avisado.

 Fue todo tan repentino. 

Estamos bien. 

Podremos hablar pronto.

*Visto*

Mi corazón dio un vuelco. Inmediatamente compartí la noticia con Eva y Jarol, que estaban conmigo en la biblioteca.

-¡Es Lyon! - exclamé, intentando contener la emoción en mi voz.

Eva se acercó rápidamente y leyó el mensaje por encima de mi hombro.

-¡Gracias a Dios! - dijo con lágrimas en los ojos, pero esta vez de alivio.

Nos reunimos esa noche en mi casa, ansiosos por escuchar más de Lyon y Amy. Hicimos una videollamada, y cuando sus caras aparecieron en la pantalla, todos sentimos una inmensa paz.

-Hola chicos, los hemos extrañado tanto - dijo Lyon, con una sonrisa triste.

-Nosotros también - respondió Eva, secándose las lágrimas.

Nos contaron sobre el accidente de su padre y cómo habían tenido que mudarse de inmediato para cuidarlo. La situación había sido estresante, pero ahora estaban tratando de adaptarse a su nueva vida. Lyon y Amy se disculparon por haberse ido sin decir nada y prometieron que no volvería a suceder.

-Entendemos por qué tuvieron que hacerlo - dije - Solo nos preocupamos mucho por ustedes.

-Ha sido difícil para todos, pero estamos bien ahora - añadió Amy - Y agradecemos que hayan intentado encontrarnos.

Durante las siguientes semanas, seguimos en contacto constante con Lyon y Amy. La distancia física ya no parecía tan grande. Establecimos un horario para videollamadas semanales, y poco a poco, la vida empezó a normalizarse. Solo que ahora si se notaba el distanciamiento de Isaac, pero no quería preocuparme.

Un sábado por la tarde, mientras estábamos en una de nuestras videollamadas, Lyon mencionó algo que nos llenó de esperanza.

-Estamos planeando una visita por 2 semanas, para el próximo mes. Nuestro padre está mejorando, y queremos verlos, nuestra tía vendrá por esas 2 semanas para que podamos ir- dijo Lyon. 

La noticia nos llenó de alegría. Empezamos a hacer planes para su visita, pensando en todas las cosas que haríamos juntos. La espera se hizo eterna, pero finalmente, el día llegó. Quedamos que llegaran a mi casa, Eva, Jarol y yo estábamos en la sala.  

Cuando Lyon y Amy aparecieron en la puerta, todos corrimos a abrazarlos. Por fin estábamos juntos de nuevo.

Pasamos el día poniéndonos al día. La experiencia nos había enseñado lo fuerte que era nuestra amistad y la importancia de mantenernos unidos, sin importar la distancia.

Lyon me dijo si podía hablar conmigo en privado y acepte.

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