Capítulo Siete

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Seokjin seguía sosteniendo entre sus brazos a Jungkook. Con su corazón latiendo a mil y con su mente en un torbellino de pensamientos acerca de lo que estaba sucediendo.

Fue Jungkook quien finamente se separó del abrazo. No es que no le gustara, pero todo era demasiado confuso todavía.

—Deberías bajar. Mi padre te debe estar esperando. ¿Con qué excusa viniste hasta acá?

—En realidad nos espera a ambos. Le dije que te pediría ayuda para ordenar algunas cosas que yo no alcanzo a hacer. ¿Lo harías?

Se produjo un silencio incómodo. Ambos seguían de pie en la habitación de Jin, pensando y tratando de ordenar ideas y sentimientos. ¿Qué había pasado ahí? En un momento estaban discutiendo y desafiándose y luego se estaban besando y susurrando cosas tiernas.

¿No se suponía que se odiaban o al menos se caían mal? Sin embargo Seokjin le había dicho a Jungkook que le gustaba y éste había contestado que lo había extrañado. Pero ninguno fue capaz de decir algo al respecto. Ignoraron lo ocurrido, tal vez se habían apresurado demasiado.

—Está bien, te ayudaré. Es aburrido no estar haciendo nada. Podría ser divertido ¿no?

Seokjin asintió y le sonrió. Jungkook salió sin decir nada y fue a su cuarto a buscar su laptop por si la llegaba a necesitar. Se sentía como un tonto por haberle expuesto a Jin su necesidad de él. Los besos... eran eso... Sólo besos y la frase "me gustas" era seguro, producto del momento de calentura.

Se mordió el labio e iba a salir para bajar con Jin, cuando éste lo sorprendió al abrazarlo por atrás.

—Hablé en serio cuando dije que me gustas—. Seokjin luego de frenar su torbellino interno no quería dejar confundido al menor, más aun sabiendo por todo lo que había pasado.

—Tú no me conoces... no sabes nada de mí. No digas que te gusto—. Seokjin lo dio vuelta y sin soltarlo lo miró a los ojos.

—Es cierto apenas te conozco y la mayor parte del tiempo hemos discutido y nos hemos hecho bromas pesadas. Pero desde el primer día me siento atraído por ti y no tengo una explicación. Es decir, eres lindo, muy lindo, pero te juro que no es sólo eso lo que me gusta de ti. Eres valiente y atrevido y me has hecho reír mucho, como hace tiempo no lo hacía—.Tomó un poco de aire y suspiró —. Entonces... ¿Me dejarías conocerte mejor? Yo no dejé de pensar en ti ninguno de estos días. También te extrañé. Y estoy siendo sincero, incluso corriendo el riesgo al exponerte mis sentimientos.

—¿Sabes que fui diagnosticado con un Trastorno de conducta?

—Tu padre me lo dijo. Sé que tuviste problemas con el alcohol, que abandonaste la universidad y que corriste a dos o tres secretarias antes que yo llegara. Y a mí... me encerraste, robaste mi ropa interior, llenaste de pegamento mi cabello...

—Y aun sabiendo todo eso... ¿Te gusto? —preguntó tímido.

—Sí... me gustas...puede ser extraño, pero es así. Quiero que hablemos, tranquilos. ¿Crees que cuando termine mi trabajo, podríamos?

Jungkook asintió, todavía un poco mareado por todo lo que estaba pasando.

—Vamos a trabajar, te explicaré en que necesito tu ayuda—y sin poder contenerse Seokjin dejó un pequeño beso otra vez, en la boca de Kook.

Al llegar a la oficina del señor Jeon, éste los miró ansioso—. Pensé que se habían peleado o que Jungkook te había vuelto a encerrar Seokjin.

—Lo siento papá, fue mi culpa. Yo no estaba muy seguro de querer ayudar, pero al final hyung me convenció.

El Secretario de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora