Capítulo Once

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El lugar hasta donde había conducido Jungkook estaba en el barrio de Itaewon. Seokjin había escuchado de ese lugar, pero en realidad nunca había andado por ahí. En su época en la universidad, él solo iba de ahí a su hogar y su trabajo.

Luego que Jungkook estacionara, miró alrededor y se dio cuenta que era un bar gay. Pensó en cuantas veces el chico habría estado ahí y si habría tenido algún amorío con alguien.

Era un lugar para conocer gente. Tenía un bar y mesas donde se podía conversar y luego estaba un poco más alejada la pista de baile.

Jungkook lo tenía tomado de la mano y él se dejaba arrastrar, todavía un poco incómodo. De pronto vio que un chico de cabello rosado les hacía señas.

-Ven hyung, ahí están Jimin y Taehyung-y siguió siendo arrastrado hacia donde se encontraba el chico de cabellera rosa, junto a otro muchacho.

Los chicos al verlos, se levantaron para abrazar a Jungkook, mientras Seokjin se quedaba parado, mirándolos. No sabía por qué se sentía tan incómodo. Probablemente porque en su juventud nunca estuvo en un lugar así. Cuando estuvo con Yoongi, acudían en Gwacheon a los bares donde éste solía tocar, pero ninguno era tan elegante como este.

-Chicos, él es mi amigo Seokjin-los muchachos hicieron una pequeña reverencia y Jin respondió de la misma manera. Luego de las presentaciones de rigor, se sentaron y un mesero se acercó para tomar sus pedidos. Pidieron cervezas, aunque Jungkook sólo pidió una soda.

-Estoy conduciendo y además, mi pasado me condena...no quiero beber y sentirme mal. Estaré bien sin tomar alcohol.

Todos asintieron y se sintieron orgullosos de la actitud madura de Jungkook. Seokjin tomó su mano y no la soltó. A pesar que era menor que él, en ese momento sentía que era el joven quien debía cuidar de él.

Luego de un pequeño silencio incómodo, comenzaron las preguntas de rigor, sobre de dónde era, su familia, sus estudios y cómo había llegado a trabajar con el padre de Jungkook.

También escuchó las historias de Jimin y Taehyung y cómo se habían hecho amigos con Kook. Poco a poco Seokjin se fue soltando y relajando. Se dio cuenta que ambos eran chicos normales, que no lo discriminaban y todo lo contrario, al parecer estaban bastante entusiasmados con la relación que tenía con Jungkook.

"Relación". No sabía por qué esa palabra comenzaba a inquietarlo. Desde que le había dicho hace unas horas atrás a Jungkook que lo quería, comenzaba a pensar en qué tipo de relación mantenía con él. Ante ellos lo había presentado como "amigo" y siempre lo llamaba "su amigo con derechos" y ¿acaso eran eso?, tal vez el más joven no quería un compromiso mayor. Después de todo habían dicho que irían lento, pero justo en este momento a Seokjin le parecía que era "demasiado lento" y que él necesitaba etiquetar de otra forma su relación. Más aún después que su familia ya lo había conocido, que su jefe lo sabía y que ahora estaba frente a sus mejores amigos. Sin embargo, Jungkook se había mostrado sorprendido frente a su confesión y él no había querido que dijera nada.

Tampoco era algo tan terrible. Decir te quiero podía tener múltiples significados. Incluso a los amigos uno podía decirle esas cosas. A una mascota...bueno no es que Jungkook fuera su mascota. Él lo quería, era tonto negarlo, pero comenzaba a pensar que tal vez sus palabras habían sido demasiado para Jungkook. Probablemente él se sentía atraído por Seokjin, pero no significaba que había desarrollado algún otro sentimiento.

-¡¡¡Hyuuuuung!!!-la voz de Jungkook en su oído lo sacó de todos sus pensamientos en los cuales se había perdido por unos segundos-Jimin preguntó si íbamos a bailar un rato.

-Yo no bailo muy bien Kook, siempre he tenido problemas para coordinar mi cuerpo y...

-No seas tonto Seokjin, ¡vamos a divertirnos! -y antes de poder decir algo más, el chico lo estaba arrastrando a la pista de baile.

El Secretario de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora