Capítulo Tres

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El "agradable" almuerzo terminó sin mayores complicaciones. Con un Jungkook bastante educado y que no habló ni una sola palabra. Sólo al terminar, pidió permiso para retirarse y se perdió en el segundo piso.

Seokjin lo miró todo el tiempo, tratando de descubrir que se traía entre manos con esa actitud de conejito bueno. Seguro que iría a su cuarto a preparar alguna bomba que hiciera explotar su habitación o algo así. Sin embargo nada sucedió. Estuvo toda la tarde tranquilamente trabajando con el señor Jeon.

Mientras tanto Jungkook trataba de pensar en algo que pudiera molestar a Seokjin. Se había atrevido a desafiarlo y parecía que nada de lo que hacía lograba siquiera tocarlo. Además le había respondido de la misma manera en la que él lo había querido provocar. Ya no importaba si se iba o no, sólo quería molestarlo un rato.

Sus pensamientos, sin embargo, fueron interrumpidos por una llamada en su celular. Era Jimin. Él no quería contestar. Habían pasado ya varios meses que no le contestaba el teléfono y a pesar de eso, insistía en llamarlo. Jimin era su mejor amigo, pero se había alejado. Su excusa, no quería ser mal tercio entre su amigo y su novio Taehyung. Era mejor que ellos disfrutaran de su relación y no ser influenciados por su estado de desánimo. Pero lo extrañaba y mucho.

—Jimin...—al fin decidió contestar. Necesitaba despejar un rato su mente de Seokjin.

—¡Jungkook! no puedo creer que me hayas contestado—Jimin gritaba eufórico y feliz.

Hablaron cerca de una hora, poniéndose al día de sus vidas. Aunque en realidad Jungkook no tenía mucho que contar, puesto que no hacía nada..., por eso Jimin lo invitó a su casa. Estaba de vacaciones (estaba en su último año en la universidad) y Taehyung había ido a Daegu, a ver a su familia. Jungkook pensó que tal vez era una buena idea, salir de su casa y decidió aceptar la invitación de su amigo para ir a quedarse a su departamento unos días.

Eso no quitó el poder molestar un rato más a Seokjin, así es que partió a su habitación y lo esperó tendido en su cama.

—Te dije que no entraras a mi habitación sin mi permiso. ¿Cómo tengo que decírtelo mocoso?

—Deja de llamarme mocoso en primer lugar. Además me gusta tu cama, es bastante confortable. Me agrada estar aquí—. Decía esto, mientras se retorcía en ella.

—Bien ya no te llamaré mocoso, sólo pequeño monstruo. Y ahora sal de mi cama. Voy a entrar al baño y cuando salga te quiero fuera de aquí.

—¿Y si al salir todavía estoy aquí?—preguntó esperando la reacción del mayor.

Pero Seokjin no le contestó y entró al cuarto de baño. Al cabo de unos minutos y al no sentir bulla, pensó que Jungkook se había ido, cansado de esperar que él saliera. Que equivocado estaba. Ahí estaba Jeon Jungkook, viendo televisión totalmente acomodado en su cama.

Ya no lo iba a aguantar. Se estaba pasando de la raya, así que era hora de darle una pequeña lección. Se acercó y tiró de Jungkook para que dejara su cama. Sin embargo, éste se resistió. Comenzó entonces una lucha por el territorio. Seokjin se sorprendió por la fuerza que el menor tenía, así es que se subió arriba y prácticamente se lanzó encima de su cuerpo, intentando que al fin abandonara su cama. Pero Jungkook se defendía con sus brazos y los manotazos iban y venían. De pronto Seokjin perdió el equilibrio y cayó sobre el pecho de Jungkook y obviamente sus caras quedaron muy cercas. Por unos breves segundos ambos se miraron, como si fuera la primera vez que se veían. Jungkook miraba los carnosos labios de Jin y éste miraba sus hermosos ojos y su lindo lunar bajo el labio inferior. Ninguno supo quién dio el primer paso, pero en esos breves segundos, se besaron. Pero fue eso...breves segundos cuando Seokjin se separó rápidamente del cuerpo de Jungkook, mientras éste también lo apartaba con sus manos. Salió huyendo hacia su habitación sin decir nada.

El Secretario de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora