Sin ti

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Pov Lena:

Me encontraba hace ya largos minutos frente a su lapida, observándola solo con odio, desprecio, rencor; me había tomado dos tortuosos meses, cargados de pesar, reunir el valor suficiente para presentarme aquí

Si tan solo el accionar de los médicos no hubiese sido tan rápido, jamás me habría visto envuelta en esta situación, sin embargo lo fue, salvando mi vida, liderados por mi hermano. Solo tenía una cicatriz en la frente como recuerdo de que ese momento sucedió, pero nada más, resulté intacta, lo agradecí al abrir los ojos, viendo a mi familia destrozada

Fui egoísta con quienes dieron todo por mí, injusta

Claro que no todo fue color de rosas para ellos cuando desperté, mucho les costó hacerme comprender su accionar, pero lo hice con el pasar de lo días, viendo que pese a mi desprecio y palabras hirientes, no se alejaban de mí

Mi hermanito había dispuesto todo el hospital a mi cuidado, bueno, no solo el mío, por supuesto, pero al menos uno de los más importantes, ni siquiera podía levantarme al baño sin tener 3 enfermeras al segundo viendo a que se debía mi alteración

Diana dispuso el mismo sistema de seguridad que había tenido en su momento para Barbara y hablo en pasado porque ella ya no se encontraba entre nosotros, el mismo día que ocurrieron los accidentes su corazón decidió abandonarla, poniendo a mi amiga en la situación más comprometedora que alguna vez experimento, su vida o la nuestra, no le costó mucho decidir a quién salvar

Seguramente le otorgaran el nobel de medicina luego de tal hazaña

El corazón construido a base de nanitos fue un éxito, la muchacha tendría una larga vida por delante, todos sus exámenes salieron a la perfección; resistencia, angiografía, esfuerzo, tomografía, electro, eco y holter, parecía el corazón de una niña de 20 años y era exactamente eso

En cuanto le dio el alta partió sin mirar atrás, tenía muchos sueños por cumplir y quería realizarlos todos, empezando con el estudio, no le fue muy difícil ingresar a la universidad dejando a Diana destrozada, feliz, triste, ni ella sabía cómo estaba

La relación que yo tenía con Barbara había avanzado a pasos agigantados, al parecer ya no me odiaba, nunca comprendí bien porque lo hacía, pero los meses que pase a su lado se convirtió en una maravillosa compañía, dándome ese consejo que al salir del hospital, siendo finalmente libre, no dude en seguir

Preséntate, ve, enfrenta la situación, porque su cierre ya se lo dio la muerte, pero a ti no te lo dará nada más que la despedida final

Por eso me encontraba aquí, leyendo su nombre con lágrimas en los ojos, mi corazón sintiendo ese vacío, como siempre que pisaba el cementerio; nada borraría su engaño, la mentira, la traición, pero tampoco lo que alguna vez senti, creí, amé

-Destrozaste todo – lleve la mano a la altura de mi corazón en un vano intento de evitar ese dolor – me arruinaste por completo, cada vez que te recuerdo solo puedo pensar en tu villanía – no quería llorar, me negaba a derramar lágrimas por tan inescrupuloso ser – eres la mayor mierda que alguna vez haya conocido, arruinaste la vida de todos los que te rodeaban y cuando pensé que no podías ser más cobarde, moriste para no enfrentar las consecuencias de tus actos – limpie brusca mis lagrimas – no mereces mi dolor, un descanso, no mereces nada

Senti mi cuerpo temblar, a punto de caer, pero sus brazos evitaron mi golpe, solloce sin poder evitarlo abrazándola con fuerza, escondiendo la cabeza en su cuello, no podía hacer nada más que eso

Siempre me senti contenida en sus brazos pero en esta oportunidad no era suficiente, cuando el mundo colapsa frente a tus ojos, llevándose todo a su paso, haciéndote desear acabar con tanto dolor, es muy difícil juntar los pedazos, reconstruirte

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