🦊Chapter thirty-four

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El albornoz que se había colocado Jimin al salir de la ducha ahora no estaba, quizá yacía tirado sobre la alfombra o el piso más allá o en algún lado. Eso no tenia importancia. 

Lo que pasaba sobre aquella cama era lo importante.

El cuerpo caliente de Jimin aún estaba bajo el otro cuerpo más fornido, retorciéndose del placer que los besos recibidos le provocaban más la intromisión de tres dedos hábiles en su interior que se movían y curveaban cada tanto hacia arriba arrebatandole gemidos de gozo.

Sus labios estaban tan rojos por besar y ser besado con hambre por Yoongi y sus manos no se habían podido quedar quietas por más que había querido pues ahora tocaban todo a su paso y antojo. Los brazos fornidos, el torso caliente de Yoongi, sus pectorales duros que le hacían querer morderlo y marcar ahí que ese pecho firme  le pertenecía a él.

Y Yoongi solo podía gruñir en desesperación al desear poseer al zorrito,  dominarlo por completo pero complacerlo en el proceso. Después de haber intentado introducir el primer dedo, a partir de ahí todo se desbordó por completo, así que no se dio cuenta en qué momento ya tenía los tres falanges metidos en ese cálido interior que lo succionaba más que bien casi haciéndolo babear al imaginar como  succionaria su pene.

Absorbía todo de Jimin,  sus besos más sus jadeos desesperados, su aroma de frutos silvestres de la loción  de ducha, el jugo del placer que se cernía sobre su piel. Todo.

Todo en Jimin le parecía exquisito, no quería desperdiciar nada, besaba y tocaba  todo a su paso así como las pequeñas manos contrarias tocaban todo de él.

Por un momento se detuvo para mirarle a los ojos y Jimin los abrió como esperando aquello, sus miradas se habían cruzado una vez más haciéndoles perderse en una espiral de emoción anticipada.

Sus  ojos celestes, como  dos pedazos de cielo raso por la mañana cálida le hicieron retener un suspiro que se ahogó en el infinito azul cautivandolo con su brillo sin igual,
en ellos se asomaba un fuego ardiente, que despertaba  sus más profundos deseos. Y entonces fue que lo supo.

Estaba listo.

Su zorrito estaba listo para recibirlo.

Primero acomodó el cuerpo de Jimin sobre la cama, apartó un par de mechones de su rostro rojo y sudado y besó castamente sus labios haciéndole suspirar.

En la mesa de noche en la gaveta de hasta abajo él mantenía siempre sus cajas de preservativos y lubricante que no podía faltar, le servía durante su temporada de celo porque solía masturbarse para calmar el calor un poco. No le gustaba salir corriendo a buscar ayuda y menos de aquella mujer.

Sacó una caja, y tomó un preservativo, no habían hablado aún de cachorros con el zorrito así que debían ser cuidadosos, se lo colocó bajo la mirada atenta y deseosa de Jimin y después agarró un poco de lubricante con sabor y olor a uvas y untó un poco en sus dedos, después de eso los llevó justo al agujero dilatado y lo llenó de la sustancia pegajosa y el resto lo coloco sobre todo su pene sobre el preservativo.

Eso sería suficiente para no herir a su chico en su primera vez, porque sería gentil pero lo tomaría fuerte, así le haría saber cuanto lo deseaba y cuanto lo disfrutaba. Así le haría desaparecer toda es inseguridad que estaba seguro que Jimin retenía entre su anhelo y su pasión.

Podía verlo.

La mirada de Jimin no se apartó nunca atento a los movimientos del pelinegro siempre, esperando algo ansioso y a la vez nervioso, observando la seguridad en Yoongi porque él parecía saber todo lo que hacía y estar seguro de cada paso a dar, y si estaba igual o más nervioso que él no lo demostraba.

•°.❀𝑀𝓎 𝐿𝒾𝓉𝓉𝓁𝑒 𝐹𝑜𝓍 ❀.°•|𝒴𝑀|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora