🦊Chapter Forty-Two

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El celular de Yoongi había sonado anunciando una notificación, los ojos curiosos de Jimin fueron más rápido. Pudo ver aquella insistente invitación de parte del doctor Yang Yi Jeong.

Yoongi por su parte dejó el móvil a un lado, estaba tan cómodo ahí en el sofá de su sala viendo una película con su zorrito, estaba recostado sobre los cojines a lo largo del sillón  y el cuerpo de Jimin descansaba sobre su pecho y sus piernas estaban entrelazadas unas con otras y una suave y fina manta los cubría un poco ya que el resto de la manta estaba desparramada por la alfombra.

     —¿No vas a responderle Daddy? —Preguntó Jimin de la manera más calmada posible.

Él nunca se caracterizo por ser un chico controlador, nunca había tenido que lidiar con temas relacionados a los celos, esto era tan nuevo para él cómo su relación, como su  matrimonio, eran cosas que estaba experimentando por primera vez al igual que las emociones negativas.

Sabía perfectamente que ese “doctorcito amigo de Yoongi” sería un claro dolor de cabeza para su matrimonio.

Yoongi tenía la avista fija en la pantalla de su tv pero desvió la vista, sus ojos ámbar acaramelado se fijaron en Jimin,  sabía que su chico estaba sintiendo algo parecido a la inseguridad. Sonrió acercándose a su cabellera rojiza y le dio un beso, mostrándole que no debía sentirse amenazado por nada.

     —Si tú quieres le diré que no puedo. Es mi día libre, los sábados me gusta descansar.

La mirada celeste de Jimin dudó un poco, él confiaba plenamente en Yoongi, pero no conocía a Jang, así que negó. Tenía una maravillosa idea.

     —Dile que aceptas la invitación.

Yoongi arrugo el ceño ladeando su rostro, el cambio repentino en Jimin le desconcertaba. Se movió un poco haciendo que Jimin se levantara y quedara sentado sobre él, a horcajadas, la sonrisa ladina de Jimin le hacía sentir curiosidad. A veces a su zorrito se le ocurrían cosas muy locas. Deslizó ambas manos por los costados de Jimin, bajando por su cintura y apoderándose por ultimo de sus dos muslos, el pequeño short que Jimin llevaba puesto hacia más fácil que Yoongi pudiera tocar  esa suave piel canela.

     —No quiero —fue su respuesta, y con ello recibió un puchero de Jimin  de vuelta.

     —¿Por qué Daddy? No irás a hacer nada malo, solo es un  café, ¿Verdad?

Ahí estaba,  esos bellos ojitos azules no podían ocultarle cosas a Yoongi, había visto la vacilación y la duda  reflejarse en ellos.

     —Prefiero quedarme aquí contigo, me gusta disfrutar mis tiempos libres con mi zorro caprichoso.

Jimin sonrió con satisfacción, definitivamente esa era la respuesta que deseaba escuchar de Yoongi, no hubiera soportado para nada  que su esposo hubiera salido corriendo por ese café una vez que él había accedido a que fuera.

Lentamente el cuerpo de Jimin fue empujado hacia abajo por las manos de Yoongi, haciendo que el rostro del zorrito quedase a pocos centímetros del suyo, se miraron intensamente, había una gran conexión entre ellos, con solo verse a los ojos uno ya sabía lo que el otro deseaba o pensaba, y además a Min Yoongi le gustaba perderse en esos ojitos celestes como el cielo pero inquietos como el mar.
Le hacían sentirse relajado, como si de verdad estuviera disfrutando de una calmada tarde a las orillas del mar calmo y  majestuoso.

Su intensa mirada  después viajó hasta detenerse sobre aquellos rosados y gruesos labios que siempre lucían tan jugosos y suaves como frutilla  roja recién cortada, se le hacía agua la boca,  los labios ligeramente entreabiertos de Jimin lo llamaban a iniciar un beso, y así lo hizo. Tan suave y delicado como lo era Jimin, dulce como su mirada y asfixiante como su cuerpo. La sensación de sus labios húmedos, sus  lenguas jugando una con la otra y sus respiraciones mezcladas era tan gratificante.

•°.❀𝑀𝓎 𝐿𝒾𝓉𝓉𝓁𝑒 𝐹𝑜𝓍 ❀.°•|𝒴𝑀|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora