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Hoy salí hecha pedazos del entrenamiento. Tengo moretones por todos los brazos y los dedos me duelen de las veces que bloqueé. Estamos teniendo un fuerte entrenamiento porque la semana que viene nos toca recibir a Huracán por octavos de la copa de vóley femenina. La entrenadora nos hizo quedar una hora de más asique me veo obligada a tomar una ducha en los vestuarios aunque a mi no me gusta porque sino no llego al trabajo.

Me despido rápido de todas cuando Valen me avisa que está afuera. Le pedí que me busque después de entrenar porque si tengo que tomar el colectivo para ir al trabajo llego re tarde. Corro a abrir la puerta cuando lo veo pero está trabada. La ventana se abre y aparece un Agustín sonriente en el que es mi lugar de copiloto.

—Hola linda, ¿dónde te llevo?—me dice, Valen le pega en el hombro y él se caga de risa.

—¿Me toca atrás?—le pregunto a Valen con mi cara más sufrida posible.

—O podes sentarte encima mío —sugiere encogiéndose de hombros, como si fuera muy obvio.

—¿No me digas?

Cuando Agus me sonríe de verdad pienso que tiene la sonrisa más hermosa del mundo, se ve tan natural.

Me subo en la parte de atrás aunque mi lugar es el de adelante.

—Solo te lo perdono por hoy porque estoy apurada—le aviso al acompañante de mi novio. Ellos se ríen y no me dan bola pero yo les digo en serio—¿Y puedo preguntar por qué nos honras con tu angelical presencia?

—Porque Valen me dijo que te gusté y que debríamos hacer un trío. O un 2 con 2.

—Uf, no te das una idea de lo mucho que me gustaste—el sarcasmo habla por mi, bah, por los dos. Porque él también tira cada comentario.

—No seas envidiosa de que te robé a tu novio y me prefirió a mi.

—¿Qué le habrás entregado para que te prefiera?

Agus abre la boca indignado y se da vuelta a hablarme cara a cara.

—¿Qué me estarás queriendo decir?

Me esta retando, él quiere escucharlo.

—Ojo que mi novio tiene una obsesión con ver culos en short deportivos.

Los dos se ríen y Agus por suerte vuelve a su posición normal, y menos mal porque me estaba empezando a poner nerviosa su mirada.

En el viaje siento su mirada en varias ocasiones e intento hacer como si no me diera cuenta pero me está poniendo bastante inquieta. Es demasiado obvio que no me deja de mirar.

Cuando estaciona en la cafetería donde trabajo apaga el auto.

—¿Qué haces? ¿Van a entrar a trabajar conmigo?

—No, mi novia me va a preparar el café más rico de todos.

—¿Ah si? ¿Tenes una novia barista?

—Mi novia es camarera pero igual me puede preparar café—no espera que le responda sólo sale del auto y su amigo lo imita.

¿De verdad se van a quedar a tomar un café? No pueden, no sé... irse a su casa a tomar unos mates en vez de molestarme a mi.

Ni los miro voy directo al vestuario a cambiarme de ropa antes que la encargada me rete por llegar tarde.

Atiendo un par de mesas en los primeros minutos porque el local está lleno, y cuando tengo un mínimo descanso voy a la mesa de Valen y Agus.

—Hola linda—Colo me tira un beso en el aire y me sonríe, su acompañante también me sonríe y hace que le devuelva el gesto.

Agustin GiayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora