Me estoy poniendo mi vestido veraniego para ir a la playa aunque no hace tanto calor. Los chicos ya están todos listos y nos están esperando en el auto para darnos "privacidad". La verdad Agus los echó a todos y bueno no le quedó de otra que irse también.
Llevo en el bolso el protector solar y lo necesario para pasar la tarde en la playa. Me pongo los lentes de sol por último y salgo rápido para no perder más tiempo.
—Capaz que cuando llegamos a la playa ya es de noche—tira Fede. Yo lo miro mal aunque él no puede verme porque tengo los lentes. A Fede lo amo pero también me gusta molestarlo.
—Hay algo llamado caminar, si no te gusta esperar podes hacer eso.
Abro la puerta de atrás y me subo sin esperarlos.
Valen se sube al lado mío y me apoya su mano en el muslo. Instintivamente mi mirada va hacia el espejo a ver si Agus vió el gesto. Y obvio que no le pasó desapercibido. Me apuñala con los ojos pero enseguida desvía la mirada para clavarla en la calle.
—¿Cargaron agua para el mate?
Los tres se miraron entre ellos y Ambar se rió.
—Después lo íbamos a hacer—dice Valen improvisando.
—¿Después cuando?
—Cuando lleguemos bebé, relájate está todo fríamente calculado.
—Claro seguro.
Estamos a pocas cuadras asique llegamos en menos de cinco minutos.
Me bajo del auto y agarro la silla para llevarla pero Agus me la saca de las manos.
—Hey es mía—le reclamo intentando sacársela.
—No te la voy a robar nada más te la llevo para que no hagas peso.
—Más tierno—dice el tarado de Redondo.
—Igual podrías sentarte encima mío, yo no tengo problema—tira ahora sí uno de sus típicos comentarios.
—Mi chica solo se sienta encima mío— Valen me pasa un brazo por los hombros y me acerca a él cuando empezamos a caminar acercándonos al mar.
—Tu chica tiene una silla para ella sola así que solo se va a sentar encima de la silla—respondo yo esta vez.
—Que aburrida, y yo pensé que veníamos a divertirnos.
—Yo vine a relajarme no a ser el payaso de nadie.
—Ufff—dice Agus haciendo un gesto con la mano.
—Problemas en el paraiso— dice Fede sacándose la remera.
—¿Por qué no te vas al mar y te quedas ahí hasta que nos tengamos que ir?—le sonrío irónica y me devuelve el gesto.
—¿Venis conmigo?
—Hey.
—Hey—le reclaman Agus y Valen al mismo tiempo.
Redondo levanta las manos en defensa propia:—. Bueno bueno, sólo quería hacer un chiste como ustedes. Que sensibles me salieron todos.
Ambar le pega un churrasco y yo la aliento a volver a hacerlo. Es la única que puede ponerle límite a los chicos porque los conoce de hace tiempo.
Fede se va corriendo al mar huyendo de su novia pero ella lo sigue riendo.
—¿Queres que busque agua para el mate ahora?—me pregunta Barco buscando en su billetera.
—¿Vos queres tomar ahora?
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Agustin Giay
Teen FictionAl principio si era un juego inocente, pero él no sabe en qué momento se fue todo al carajo.