Ya estoy cansada de siempre tener la misma discusión con Valentin. Tendría que haberme ido a entrenar hace rato pero no puedo salir del baño porque no paro de llorar.
Ya no sé qué es lo que me pasa, no me entiendo a mi misma y encima Valentín me presiona cada vez más. Últimamente se me hizo un quilombo en la cabeza que no puedo concentrarme en hacer nada que no sea bajonearme.
No puedo parar de pensar en Agus y en la última mirada que me dió, soy una pésima persona por haberlo lastimado por no saber que es lo que quiero. Y a la vez, no siento que haya hecho lo correcto porque por Valen ya no siento lo mismo. Lo quiero y lo quiero muchísimo, pero es que a Agustín yo ya siento que lo necesito. Necesito sus chistes, su chamuyo, su risa, su manera de sonreírme y sus besos. Si hubiera sabido que me iba a doler tanto dejarlo hubiera hecho cualquier cosa por quedarme con él.
Pero honestamente no me da la cara para volver y decirle que lo extraño y que lo quiero. La última vez lo hablamos y quedamos bastante mal por mi culpa. Lo lastimé mucho y no puedo verlo a la cara ni siquiera.
Valen golpea la puerta del baño y me apura para que salga pero yo no lo hago porque mis ojos están muy hinchados y toda yo soy un desastre. No quiero que nadie me vea así.
—Deja de hacer un escándalo y salí de una vez que tenes que ir a entrenar.
—No voy a ir a ningún lado.
Ni siquiera puedo ir a trabajar en estas condiciones.
—Bianca te van a echar del equipo. Ya te dijeron que no tenes margen de error.
—No me importa. No te quiero ver la cara.
Le grito desde atrás de la puerta. Valen suspira y no sé si está enojado o cansado. Admito que últimamente al no saber como me siento le estuve haciendo la vida imposible un poco. Hace una semana pasó lo de la fiesta y todavía me duele.
No quiero tenerlo cerca y la mejor manera de alejarlo es peleandole para que me deje en paz.
Ya sé de su infidelidad pero no puedo decirle nada porque la manera en la que me enteré es una mierda.
Pero incluso con él peleado conmigo sigo queriendo que me abrace y que me diga que todo va a estar bien. No espero que me entienda, pero con tenerlo cerca sería suficiente.
Quien me mandó a mi a meterme donde estoy metida.
—Me voy Bianca, no voy a estar atrás tuyo todo el día como un pelotudo. Cuando dejes de portarte como una nena caprichosa hablamos.
Escucho como se va y poco a poco logro tranquilizarme respirando hondo. Ya no quiero salir a hacer nada, pero Valen tiene razón. El equipo ya me tiene advertida y por más que no me importe ahora sé que lo va a hacer más adelante.
Me maquillo lo mejor que puedo para disimular el desastre que soy.
Llego al entrenamiento un poco tarde pero me hago la loca y me pongo a entrenar con el resto. La entrenadora no me saca la vista de encima en las dos horas y cuando terminamos me llama a hablar a solas.
—Bian ¿como estas?
—La verdad no estoy muy bien pero intento dar lo mejor.
—Yo entiendo eso. Pero creo que lo mejor que puedo hacer ahora por el equipo es dejarte en el banco esta temporada. No es un castigo para vos, pero necesito que entiendas que tengo que hacerlo.
—Si lo entiendo—me duele que me saque de esa manera pero sé que estoy hecha un desastre últimamente así que era obvio que más temprano que tarde iba a sacarme.
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Agustin Giay
Novela JuvenilAl principio si era un juego inocente, pero él no sabe en qué momento se fue todo al carajo.