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Estoy acostada con Valen abrazandome de atrás viendo una serie. En realidad creo que está aburrido porque está más pensativo que mirando la tele.

—¿Estás viendo?

—No, me distraje y me perdí.

Me doy vuelta y le doy un beso acomodándole el pelo y haciéndole mimos.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—Mmh—se deja llevar por los mimos que le hago y me mira con los ojos chiquititos.

—¿Por qué no decís nada cuando Agus me tira comentarios?

Colo ni se inmuta, pero me abraza más fuerte.

—No es con vos, es que con él siempre jodimos con la novia del otro.

—¿Osea que vos también le haces comentarios como los de él a Brisa?

Se tarda unos segundos en contestar pero no parece alterado.

—Aveces si—su respuesta me da una punzadita en el pecho. No sé si me molesta, me duele o las dos—. Pero sabemos que es sólo joda, que no pasa nada. Vos sos muy importante para mi como para arruinarlo por nadie y Agus sabe que puede joder pero respeta que seas mi novia.

Bueno, así como respetar no sé que tanto respete porque el otro día encima suyo no parecía recordar que soy la novia de su mejor amigo.

—No quiero que hagas comentarios a nadie—le aclaro seria—. Y tampoco quiero que Agus me siga haciendo comentarios.

—Amor, es que siempre lo hicimos. Más que nada porque con Agus siempre tuvimos los mismos gustos y para jodernos el uno al otro siempre nos chamuyamos así a las novias de los otros pero de ahí no pasa nunca.

No sé si quiso blanquear o qué pero eso sonó demasiado mal.

—¿Y si Brisa si quiere que pase?

—Que siga queriendo porque yo estoy con vos y no quiero estar con nadie más.

Lo acerco a mi y le doy un beso apenas rozándole los labios, hasta que me acerca más y me da un beso de verdad, pero lento. Le sigo acariciando el pelo y él me hace mimos en la cintura.

—No me gusta su jueguito.

A Valen ya se le fueron las ganas de hablar. Me pone abajo de él y me abre las piernas metiéndose en el medio.

—No tenes nada de que preocuparte bebé.

Me saca la remera y como no tengo corpiño baja a jugar con mis tetas apretándolas y pellizcando poniéndome la piel de gallina. A mi ya se me pasaron las ganas de hablar también y en vez de acariciarle el pelo paso a tirárselo para que baje la cabeza guiándolo a mi cuello. Él ya sabe que hacer.

Abro más mis piernas cuando me acaricia por encima de la ropa provocándome mientras sigue complaciéndome con besos en mi clavícula. Bajo mis manos y empiezo a tocarlo por encima de los pantalones mientras le desabrocho los mismos. Meto la mano y lo agarro acariciándolo de arriba a abajo mientras desesperado se saca toda la ropa y hace lo mismo conmigo.

—Ponete en cuatro amor—me pide acariciándose con sus ojos fijos en mi. Hago lo que me dice en un abrir y cerrar de ojos y en un segundo ya lo tengo estimulándome mientras entra de una estocada haciéndome soltar un suspiro. Empieza bombeando de a poco, pero no tarda en agarrar ritmo y empezar a golpear con fuerza mi culo agarrándose de mi cintura para meterle cada vez más profundo.

Entierro la cara en la almohada retorciéndome con cada embestida, escuchando sus gemidos y el golpe de su pelvis contra mi cuerpo sonando por toda la habitación. Me muevo instintiva a buscar el toque cada vez que se aleja.

Agustin GiayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora