-¡Estoy en Newcastle , y sigo viva!
-Dena deja el drama, no fue tan malo.
-¡Vio, sabes que me aterran los aviones!
Giro hacia la sección de equipaje donde Kiki habla agradablemente con un sujeto, y el trato me resulta extraño.
-¿Quiene es ese?
-Vio, deja de sobreprotejerla, Kiki ya no es la pequeña de 5 años a la que tenías que defender -Dena silba- y ese chico tiene cara de segundas intenciones.
Aprieto los puños al ver como le sonríe a mi Kiki y no me limito. Camino hacia ellos sin apartar mi mirada del pelinegro.
-¿Interrumpo?
Ambos giran y me miran sin entender.
-Oh Cher, él es Lucas
-¿Lucas?
-Luck para los amigos.
-¿Recuerdas el chico que me quitó mi peluche?
-Como olvidar a ese mocoso.
-Aush, ese mocoso se sintió ofendido.
Miro al chico de gorro sonreír con picardía.
-¿Tu...?
-Yo -afirma- y por lo que me ha dicho Chiara, tú eres las niña aterradora que me revolcó en el lodo.
-Violeta Hodar -hago una pausa y lo analizo. El chico era carismático y chispeante, y sin duda muy atractivo- ¿como supiste que era él?
-Oh, él me reconoció.
Lucas se encoge de hombros y baja la mirada.
-Debía pedirte disculpas
-Eramos niños, no tiene importancia.
¿Enserio Kiki acaba de decir lo que creo que dijo?
-¿¡Qué no tiene importancia!? ¡Te hizo llorar!
-Y me avergüenzo por eso... por eso quiero enmendar mi error.
Me cruzo de brazos no muy segura de sus palabras.
-¿Cómo supiste que Chiara era esa niña? -lo interrogo de mala naga.
-No podría olvidar una cara tallada por los ángeles.
Ruedo los ojos sintiendo arcadas por su comentario ¿era necesario ser tan empalagoso?
-¿Qué se supone que haces en Newcastle?
-¡Es lo más loco Vio! ¿Recuerdas la cabaña a los pocos metros de la de mis abuelos?
Asiento sin entender.
-Pertenece a mi familia, y decidí pasar aquí un tiempo -explica con simpleza. Mira a mi Kiki y sonríe- y sin duda tomé la mejor decisión.
-¿Que coincidencia, no? -suelto con arrogancia ¡idiota!
-El mundo es un pañuelo.
-Y que lo digas. Un apestoso pañuelo -sonrio intentado ocultar mi disgusto y me centro en Kiki- ya debemos irnos, Alex no tardará en llegar.
-¡Bueno pero podemos irnos juntos, tengo el coche aquí mismo!
-Oh, no queremos molestar.
Toma la mano de Kiki y la mira a los ojos con expresión romántica.
-No eres ninguna molestia.
Doy un manotazo a su mano y ambos giran sorprendidos de mi acción.
-Si ya terminaron de flirtear, vámonos. Ya quiero llegar a la puta cabaña.