-¡No puedo creerlo, sigue igual que como lo dejamos!
Veo la cama de la habitación y sonrío. Sigo teniendo las sábanas de princesa, aunque algo polvorientas por el tiempo sin uso.
-Le pedí a los abuelos que no cambiaran nada de esta habitación.
Camino hasta la pared y sonrío al ver el montón de dibujos infantiles y de malos trazos.
-Dibujábamos fatal.
-Yo no lo creo, este sigue siendo mi obra de arte.
Mi sonrisa se ensancha al ver el dibujo de una niña pelirroja con enormes alas.
-Sigues siendo mi ángel.
Los pelos de mi nuca se erizan al sentir su aliento en mi cuello y suspiro. Tenerla detrás de mi, tan cerca, altera mis sentidos, y ya siento el vapor recorrer mi cuerpo.
-Quiero tenerte...
Jadeo al sentir su mano traviesa adentrarse bajo mi blusa.
-Kiki no... no podemos...
Sus largos y finos dedos trazan círculos en mi vientre, y con agilidad desabrochar el primer botón de mis jeans. Jadeo.
-Un poco, solo quiero estar dentro de ti.
¡Por dios!
Y el calor me abraza, sin intenciones de dejarme ir.
-Pueden vernos y...
-He cerrado con seguro y dije que no íbamos a cenar... -lame mi oreja y sonríe- al menos no lo mismo que ellos.
Trago con fuerza ¡a pensado en todo!
Su mano finalmente se cuela dentro de mis bragas y ambas gemimos.
-Estas empapada Vivi... ¿Tanto deseas que te folle?
-Hablas demasiado Kiki. Hazme tuya de una vez.
Sus manos se apresuran a deshacerse de mis jeans, y en segundos estoy desnuda frente a ella.
-Pensé que estabas cansada del viaje.
-Y yo pensé que habías dicho que no se iba a repetir.
La beso con pasión respondiendo a eso último. Mi mente dice que debo frenarlo, pero mi cuerpo... mi cuerpo desea con fuerza ser penetrada hasta el cansancio por mi mejor amiga.
Besos, gemidos, caricias y jadeos.
En segundos ambas estamos desnudas sobre la cama. Susurrandonos cosas y jadeando de deseo. Los dedos de Kiki recorren mi cuerpo a su antojo y la dejo hacer de mi su voluntad.
-Ponte de pie.
La miro confundida mientras ella se acuesta perfectamente recta y su cabeza bien situada bajo la almohada.
-¿Qué?
-Que te pongas de pie en la cama... solo obedece, hay algo que quiero probar.
Confundida hago lo que me pide.
-Pon una pierna a cada lado de mi cabeza.
Al hacerlo me doy cuenta de sus intenciones y me sonrojo.
Sonríe de lado con la mirada entre mis piernas y parece lista a atacar.
-Toma asiento madame.
Jadeo. ¡Que me está pidiendo!
-Kiki no creo que...
-Vio, siéntate en mi cara y déjame disfrutar de tu empapada vagina.
Me muerdo el labio y finalmente obedezco. Nervios. Por dios, jamás había hecho algo similar. Me arrodillo con mis piernas a los costados de su rostro y sujeto la cabecera de la cama para evitar caer. Pero es ella la que vuelve a tomar el control y me hace sentar directamente en su boca.