Tres días desde que llegamos a Canadá. Después de ser pilladas por las chicas, Dena propuso que todas durmieramos con las puertas abiertas, y ni Kiki ni yo pudimos evitarlo.
Si no tienes nada que esconder, no tienes nada que temer.
-¡Vio, mueve tu culo!
Ruedo los ojos y salgo de la habitación. Hoy habíamos quedado en ir a algo, lo cual estaba a un par de kilómetros de la cabaña.
-¡Ya estoy, ya estoy!
-¡Hey Vio, mira esto!
Giro y veo a Kiki en una vieja pit up descolorida y sonrio al identificarla.
-¡La camioneta de los abuelos!
-¿Recuerdas? -sale del auto y camina hasta mi. Lleva una coleta alta y unos shorts de infarto. ¡Por dios, está mujer debe ser ilegal!- hacíamos picnic en la parte de atrás.
-Como olvidarlo, lo amaba.
Las cuatro subimos al auto y nos encaminamos al lago. Al llegar veo el puente y me dirijo a el. El sol está en su punto y el calor es tremendo.
-Si me disculpan.
Dena es la primera en quitarse la ropa, quedando en un pequeño bikini que sin duda acentúa a la perfección cada una de sus curvas.
-Con ese cuerpo me avergüenzo de comer pollo frito.
Dena ríe y niega divertida ante el comentario de mi prima.
-No digas tonterías Alex, tu cuerpo es perfecto.
-¿Como el mío?
Me giro y ¡dios santo!. Kiki y su cuerpo me van a producir un orgasmo múltiple. Sus abdominales parecen esculpido por el mismo Miguel Ángel y sus piernas...
-¿Vivi estas babeando?
Me sonrojo con su comentario ¡es una idiota!
Pero es algo que podemos jugar las dos.
Me deshago de mi camisa y el short, dejando ver mi bikini rojo. ¿Cual es mi ventaja...?
-Voy a broncearme un poco -me deshago de la parte superior, cubriendo mis senos con ambas manos, y dejando a una Kiki con la mandíbula en el suelo.
-¿Chiara, estás babeando?
Rio y me aparto para dejar la toalla en la arena. Mi idea sin duda no era coger sol ya que esta quemando como el infierno, pero provocar a Kiki lo valía. Podía sentir su mirada sobre mi desde la distancia, esta que me saltaba encima en cualquier momento, y eso me incentiva a estar allí.
Después de un rato Dena y Alex juguetean en el agua, haciendo competencia de nado, cosa que los dejaba hasta el extremo contrario.
-Creo que has cogido suficiente sol.
Al abrir mis ojos, veo a Kiki de pie ante mi con un bloqueador solar en la mano. Su piel era muy sensible al sol, por lo que nunca salía sin uno de esos.
-Estoy bien.
-Si pescas una insolación créeme que no lo estarás -se arrodilla a mi lado.
-¿Tu acaso vas a evitarlo?
Agita el frasco en su mano con media sonrisa.
-Obviamente.
Suspiro cuando siento las gotas de crema caer frías en mi espalda. Cierro los ojos. Sus manos comienzan a esparcir el bloqueador con calma por toda mi espalda haciendo masajes suaves que consiguen relajarme.
-Mmm... Oliver, no sabía que tenías tan buenas manos.
-¿Segura Vivi? Yo creo que si conocías las cualidades de mis manos.
Trago en seco y jadeo. Otras gotas, esta vez en mis piernas. Y me tenso cuando sus manos comienzan a deslizar la crema por mis pies, y suben hasta mis muslos.
-Mmm...
Se detiene en aplicar el bloqueador en mis glúteos y cada apretón consigue mojarme más.
Oh dios, que bien se siente...
Me muerdo el labio cuando sus dedos comienzan a trazar círculos por la cara interna de mis muslos con fingida inocencia.
-¿Así esta bien Vivi?
-Oh si Kiki, esta... excelente.
Sus dedos en cada masaje se acercaban peligrosamente a mi entrepierna, rosando la tela de mi bikini con sutileza haciéndome vibrar.
Necesito que me toque
Mis piernas se separan un poco para darle más acceso, y contengo un gemido cuando presiona justo en mi centro.
-Alguien está empapada.
Jadeo. Sus dedos hacen círculos sobre mi bañador, torturándome con cada movimiento.
-Oh Kiki...
-¿Si Vivi?
-Más...
-¿Qué tal si te das vuelta y me dejas ver tus bonitos senos?
Lo hago porque dios sabe cuan gobernada soy con esta mujer, y jadeo al verla relamer sus labios con morboso deseo.
-Si no fuera por Alex y Dena, estaría chupandote ahora mismo.
-Mmm si... quiero que lo hagas.
Echa la crema en mis pechos y jadeo ante la anticipación. Tan expuestas, y con temor de que ser pilladas, siento más morbo que nunca.
-Mmm dios, quiero follarte aquí mismo.
-¡Aahh!
Gimo y me arqueo con sus manos amasando mis senos.
-Hazlo -abro mis piernas para tentarla- soy toda tuya.
Tomo su mano y la adentro al bikini, y automáticamente gime.
-Estoy húmeda para ti Kiki... follame duro.
-Joder...
Chillo de placer cuando sus manos comienzan a moverse sobre mi humedad. Cierro los ojos y lo disfruto. Una mano apretaba dominante mi pecho derecho, mientras la otra frota mi clítoris con frenesí.
-¿Dime Vivi, te gusta así?
-Oh Kiki... si... se siente... mmmm... tan bien
Su dedo entra tan lento que debo mover mis caderas para apresurar su asalto. Chiara sabe castigarme y eso me tortura.
-¡Vamos Kiki, dame más!
Pero una vez más nos vemos interrumpidas. Los alaridos de Alex nos hacen distanciarnos. Kiki es la primera en correr al muelle y yo después de rodearme con la toalla corro al mismo punto.
-¿¡Alex que está...!?
Pero los gritos se vuelven risas, y veo a Dena con las mejillas sonrojadas traerla de regreso en su espalda. La andaluza se ve fatigada pero no dejaba de nadar hacia el muelle.
-Joder... Alex... como pesas.
Kiki se lanza al agua y en segundos se cuelga a la rubia a la espalda, mientras jala a Alex por el brazo. Ver a Dena acomodándose en su espalda me enferma. Y su sonrisa sólo indica lo mucho que lo está disfrutando.
-¿Pero qué a pasado? -pregunta Kiki ya fuera del agua.
-Alex se cansó a mitad de camino y tuve que traerlo de regreso.
-¡Lo siento si, no soy un atleta!
-Alex, pero si eres dueño de un maldito gimnasio -comento con enojo.
-¡Exacto, dueño no cliente!