El final: las flores retoñan

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1984,

Un año antes del fin.

La luz del sol se colaba por la ventana, no era raro que ellos se desvelarán, pero esta vez realmente el sueño nunca llegó esa noche y el amanecer les sorprendió cuando menos lo creyeron. La habían pasado excelente aquella vez, Changbin estaba por irse a Singapur a una firma de autógrafos, así que debían aprovechar la última noche que pasarían durmiendo acompañados; está de más decir que no durmieron, Pero a decir verdad, algo que se debía recalcar era que no  solo la conexión de sus cuerpos había sucedido, sino un poco más, algo más místico, si es que se podía unirse más; aquella noche ellos estuvieron tan activos que cuando el sol comenzó a asomarse, decidieron quedarse a contemplar el sol salir, dándoles los buenos días.

Ellos estaban sentados en el suelo de su habitación, con poca ropa cubriendo sus cuerpos y el frío jamás se sintió en ningún momento, Chan abrazaba con mucha fuerza a Changbin y Changbin sentía que el pecho de Chan sería siempre su hogar.

— Pero cómo vas a querer seis hijos, Changbin.— No era la primera vez que hablaban de hijos, en el imaginario donde todo es posible y los planes de familia son tan íntimos que puedes susurrar los hasta compartirlos con el amor de tu vida, es que ellos habían dado ese paso.

—¿ Y por qué no? — preguntó mientras se recargaba más en el pecho contrario — Yo quiero muchos niños corriendo por la casa.

— Aquí no caben seis niños, Binnie.— La casa era pequeña, Chan sabía qued los niños necesitan espacio; a contrario de Changbin, Chan creció en una enorme casa, siendo hijo del presidente del país. Sus padres casi no estaban, Pero su papá a veces se saltaba la cena para, por lo menos, jugar un poco de fútbol con él. Su madre, siempre ocupada, solo estaba con él los domingos, mientras plantaban algunas flores en la casa de campo.

— Siempre podemos expandir la casa.— hacerla más grande, más habitaciones, como un condominio, podían hacer casi un edificio, cada quien tendría su habitación.

— Seis son muchos.— Chan le acarició el pelo con mucho cariño, tratándolo de persuadir.

— ¿Tu cuántos quieres?—  le preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

—¿Yo?— Se señaló a él mismo, usualmente no pensaba en niños, jamás lo pensaba, Pero desde hace algunos años, la idea de una familia se había incrustado en su cabeza. Pensaba que era normal por la edad, tenía 32 años, era joven, sí, Pero ahora la idea de un hijo no salía de su cabeza, sería tan lindo.— Uhm... Uno solo.

— ¿Sólo uno?— No era deja vu, ellos ya tuvieron está conversación antes, ellos ya habían hablado sobre esto antes, ellos ya sabían sus planes, aunque a veces, volver a hablarlos era como crecer la esperanza, si tan solo ellos pudieran...

— Sí, bueno, no quiero tener una manada.—  una mamada de mini chans, Changbin lo imagino, aquella escena, en su imaginario se veía tan hermosa.

— Se sentirá solo.— Changbin tuvo siempre a sus hermanas, no recuerda una vida sin ellas,porque cuando nació, su hermana mayor ya existía y tiempo después, su hermana menor nació, Changbin no sabía que era crecer sin alguien a tu lado, porque ellas estuvieron ahí siempre.

— No, porque imagínate teniendo a estos padres.— Chan se señaló y luego señaló a Bin, un hijo de ellos, con los hoyuelos de ambos, la sonrisa de Chan y los ojos de Changbin ¿Acaso no sería hermoso?

— Lo adorariamos ¿No?— ni siquiera lo debía preguntar, ellos lo cuidarían y amarían como nunca, ellos harían lo posible por darle todo el tiempo que necesitaba, sería encantador—  Chan...

El Secreto De Las Flores Del Jardín. (Binchan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora