En la fragilidad del tiempo, los recuerdos son lo único que nos mantienen con las experiencias recién vividas, cuando estás se aferran a lo que fuimos, es lo único que deja huella en lo que somos. Changbin muchas veces no podía no recordar su propio nombre, muchas veces olvidaba quien era, porque era y el que había hecho, sin embargo, en su mente tatuado en hierro caliente estaba aquel día tan maravilloso en que lo conoció.
Seo Changbin podía olvidar incluso comer y a veces podía olvidar dormir, pero sin duda, aquella noche en que lo conoció era algo que nunca olvidaría, ni siquiera cuando intento que eso pasará, ni siquiera cuando rogó al cielo que por su bien, olvidará todo lo vivido con Christopher Bang.
Sin embargo, hay cosas de las que no nos podemos deshacer, cosas con las que debemos vivir y recuerdo que siempre conservaremos frescos en nuestra mente.
Recuerdos de media noche, 1981.
— Clarie, te busca tu padre desde hace un rato, me dijo que es importante tu presencia— Christopher comentó al llegar. Su porte era elegante, su hablar era demandante y lucía fino en cada movimiento. Changbin no pudo pasar desapercibido en ningún momento nada de todo lo que representaba Christopher Bang, nada de lo que él era, pasaba desparcibido.
— ¿Desdé cuando eres chico de los recados?— Clarie comentó con broma para ocultar la frustración, vaya, su padre como siempre arruinandole un buen polvo. Eso le pasaba por ser hija de un cenador famoso y también por estar regida ante lo que sea que su padre dictará para ella, que aburrido era ser ella, que aburrida si vida predestinada.
Claire era una persona liberal, amaba su libertad, su espacio, su tiempo y su persona, amaba hacer las cosas por su cuenta, a lo que ella le convenía, amaba atesorar sus momentos, Claire era una chica que le gustaba relacionarse con quién ella quisiese, pues su destino estaba escrito y sabía que no podía hacer nada al respecto, así que solo le quedaba disfrutar antes de aquel inevitable final llegará a tocar su puerta.
— Desde que es tu padre quien me lo pide, mal educada.— la regañó Christopher haciéndola lucir como una mimada, claramente nada era enserio, Christopher Bang conocía a su amiga y la amaba como era, amaba su libertad y admiraba su rebeldía, admitía que si tenacidad era lo mejor de ella, sin duda la admiraba como a nadie más, pero ella era como una hermana para él, una hermana que conoce desde que iban en preparatorio y se fugaban las clases, pero eso Changbin no lo sabía.
Desde el punto de vista de Changbin, se podría creer que Bang era un hombre celoso, quizá y tenía algo con Claire,era su novio, su amante, o simplemente alguien enamorado de ella, quien sabe, no podía saberlo y menos cuando la chica estaba tan dispuesta para estar junto a él esa noche, aunque bueno, a Changbin siempre le incómodo las infidelidades, así que no quería ser la manzana de la discordia entre una relación que ni conocía.
—¡Duh!— exclamó la chica con fastidio— Tan bien que me la estaba pasando.— Claire no soltó su brazo en ningún momento, solo miró mal a Christopher y este alzó las manos quitandose la culpa.
— Yo no tengo la culpa, no me mires así.— La chica bufó, acarició el brazo de Changbin en modo de disculpa, lo miró apenada y Bin le sonrió para que ella no se preocupara de nada, era muy hermosa sin duda, pero simplemente... Esa noche no sería para ellos.
—Bien, querido Changbin, fue un placer conocerte.— paso sus manos por su brazo, sus dedos eran delgados y sus uñas bien cuidadas, ella desbordaba elegancia por cada poro y a pesar de eso, jamás podría superar el porte imponente de Christopher Bang— Pero por cierto, Christopher, no me lo dejes solo, espérenme aquí hasta que vuelva ¿Está bien?
—Bien— aceptó Chris con una sonrisa simpática hacia ella — de todas formas no tengo nada que hacer.— Christopher siempre tenía mucho por hacer, Pero al parecer los planetas se alinearon esa noche para que, en efecto, nada, absolutamente nada se interpusiera en camino de la colocación de ambas vidas.
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El Secreto De Las Flores Del Jardín. (Binchan)
HumorPorque las flores guardan secretos, promesas y recuerdos. La flores del jardín presidencial tampoco eran la excepción. Inicio: 12 junio 2024