la primera orquídea

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La efimeridad es un conceptos del cual no todo mundo simpatiza. Lo efímero no gusta, no atrae, no logra encantar, lo efímero pasa y a nadie le gusta que las cosas no duren. Porque el para siempre es lo más sensato y lo más aceptable, porque para siempre es lo que más se busca. Se busca la eternidad, la infinidad, se busca que algo se prolongue por un tiempo largo donde ni siquiera se puede imaginar un final, lo malo de lo efímero es que tan rápido como comienza termina, termina y sabes que habrá un fin más pronto de lo que quisiéramos.

Lo efímero era sin duda una mierda, pero por otro lado, en uno donde puede ser más romántico, un lado donde realmente la mente se nubla y el juicio se pierde, podemos darnos cuenta de dos cosas; una que la rapidez del suceso siempre te dejará un al sabor de boca y dos: que quizá es el sentimiento más vivaz que experimentaremos con los años.

La noche, aquella donde ellos se volvieron uno sin querer, tenía tatuada la palabra efimeridad, ambos lo sabían y aún así decidieron de buena forma dejarse envolver en dicha presencia casi ilógica de amar a alguien quien sabes que no puede quedarse. De sentir todo y no tener nada, de perderse en algo que es peor que un pantano, una tierra movediza.

Horas antes del amanecer, Changbin aún estaba entre las manos de Chan, con una tensión que se cortaba con cuchillo, una confesión dicha en voz alta y un par de rojos mirándose fijamente entre si hasta derretirse el interior, Changbin lo miraba directamente a las esferas oscuras que ocultaban bondad absoluta, Chan, ese Chan frente a él era aquel magnético ser que siempre lo perseguirá como un fantasma maldito.

-— Soy soltero, Changbin, soltero, real y espero que esto no se mal intérprete ante tus oídos y disculpa mi sinceridad incómoda-— Chan suspiró sin retirar la mirada en ningún momento, Changbin por más que quisiera, no podía alejar la mirada de lo hipnotizante que era ver los ojos negros de Chan — pero esta noche, señor Seo, puedo ser completamente suyo si usted me lo pide.

En algún otro momento, si alguien ajeno a este chico le hubiera dicho aquello, él se hubiera reído de las palabras tan clichés que solamente decían para llevarlo a la cama. Digamos que no era la primera vez que Changbin había lideado con insinuaciones descaradas por parte del sexo masculino, Pero está vez era diferente. Quizá era porque Chan llamaba su atención porque le atraía de una manera insoportable, quizá era porque Chan era guapo, demandante, coqueto y admirable, a Changbin le gustaba Chan, es por eso que no se alejaba.

-— ¿Completamente mío, Joven Bang?— Chan asintió, víctima de las verdades a media noche— Eso es dicho con mucha simpleza, ¿Como creer dichas palabras?— Chan soltó sus hombros, pero no alejo las manos de su cuerpo, pues hizo un recorrido suave con sus dedos por los anchos hombros de Changbin, todo eso sin alejar la vista del bonito rostro del chico, miró sus ojos, su nariz, y sin evitarlo, miros sus labios con un deseo desenfrenado.

—Soy un hombre directo, Joven Seo.— dijo en una voz tan baja que fue seductora, malditamente seductora, malditamente baja, Bin estaba ansioso, paso su lengua por su labio y eso hizo que Chan lo mirara detenidamente.

-— No puedes ser de alguien a quien conoces apenas, Chan— murmuró, trato de soltar una sonrisa ladina, pero que quizá estaba muy nervioso para conseguir su cometido.

De Chan aprendió mucho, es algo que Changbin jamás negativa, pero de las lecciones más importes de su vida, fue saber que el tiempo no importa en los temas de amor, pues después de aquel primer acercamiento, Changbin comprendió el sentimiento de ser enteramente de alguien más. Aquella noche Changbin supo sin duda alguna que se equivocó, el solito contesto su pregunta indirecta, pues después de esta madrugada, Changbin fue enteramente de un extraño llamado Chan.

-— Se equivoca irremediablemente, Changbin.— le recorrió un poco más los brazos, bajo con mucha lentitud por todo su antebrazo y luego recorrió los dedos hasta llegar a las manos de Changbin, solo para entrelazarlas con las suyas y jalar un poco más cerca suyo a Changbin— Le estoy pidiendo ser suyo una noche, no para toda la vida, solo quiero saber si estamos en la misma sintonía.

El Secreto De Las Flores Del Jardín. (Binchan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora