Seo Changbin no era una persona metiche o chismosa siquiera interesada en la vidas ajenas, Binnie, de hecho, odiaba cuando la gente oía cosas que no debía oír, odiaba que se escondieran para poder enterarse de algo que no les concierne, odiaba que la gente se quedará a oír cosas que no necesitaban saber, era algo muy mal educado y de mal gusto, solo gente sin modales lo hacía, de eso no había duda.
Sin embargo, a pesar de que él odiaba eso, aquella noche, justo cuando Chan pensó que Changbin dormía plácidamente después de una ronda de cariños nocturnos, Changbin tuvo la mala fortuna de escucharlo salir de la habitación, no sin antes haberse percatado de que Changbin durmiera, eso lo hizo morir de curiosidad, usualmente nunca se despertaba, pero está vez quizá y sintió los toques distintos, sintió una diferencia y eso no lo dejo dormir. Por eso escucho a Chan moverse, sintió el beso que le dió en la frente y lo vió partir de la habitación.
En los años que llevaban juntos, Chan siempre era el primero en dormirse, el primero en caer rendido, y Changbin lo abrazaba toda la noche, le acariciaba el cabello y luego simplemente dormía entrelazando sus cuerpos, Chan jamás, jamás se levantó tan misterioso como lo había hecho ahora mismo, eran solo las dos de la mañana, demasiado tarde para no dormir y demasiado temprano para despertarse.
Chan había llegado en la tarde, cerca de las seis de la tarde, usualmente a Changbin no le hubiera preocupado, solía llegar a esa hora siempre que estaban juntos, pero él se saltó la cena y directamente fue a comerselo a besos sin ninguna explicación; lo llevo a la habitación, le acarició con devoción, le beso hasta el último rincón del cuerpo, mordió su cuello, lo envolvió en sus brazos, siempre hacían el amor, Pero esto era diferente, algo aún más magnífico que simplemente tener sexo, algo más grandioso que hacer el amor, esa noche había nostalgia, amor, devoción y pasión entre manos, era casi una experiencia religiosa, aquella noche fueron estrellas entrelazadas en el firmamento, algo mágico, de otro mundo. El sexo fue magnífico, el cariño después de el también lo fue, Pero lo más preocupante sin duda algo que jamás Changbin borraría de su mente, es que Chan soltó unas cuantas lágrimas en el acto, pensó que Bin no lo vio, Pero él lo hizo, lo vió llorar un poco mientras le recorría el rostro con sus llemas mientras el climax llegaba, lo vió llorar en silencio mientras lo mantenía cerca del cuerpo, tan cerca que quería volverse uno, Changbin jamás olvidará como esos ojos tan rojos por las lágrimas le miraban, jamás olvidaría el caos mental que se reflejo por primera vez en el rostro siempre relajado de Chan.
Changbin lo oyó caminar con pies descalzos, escucho cada uno de sus movimientos, escucho como bajo las escaleras que rechinaban por ser de madera y luego escucho la puerta de la cocina abrirse, Bin estaba seguro de que Chan iría al patio trasero, a su jardín, quizá a ver el cielo, o a tomar un respiro, quizá fue un día pesado para Chan y por eso necesitaba tiempo, sin embargo, Changbin lo presentía, presentía todo lo que no quería aceptar, era 1985, cuatro años desde que conoció a Chan, cuatro años tan maravillosos.
El dilema de Binnie estaba entre volver a la cama, meterse entre sus sabanas y ahogar la sensación de inquietud que le albergaba hasta quedarse verdaderamente dormido o abrir lentamente la ventana que daba al patio y pretender ver lo que sea que Chan hacía fuera, difícil ¿No? Difícil hacerlo cuando sabes que todo está por irse a la mierda, difícil cuando tu eres un implicado en la ecuación y que de una u otra manera mereces saber que es lo que pasa.
Al parecer dormir con inquietud no era la opción para él, es por eso que muy lentamente abrió la ventana, con cuidado de no alarmar a Chan, se asomó y agradeció que la oscuridad no permitirá que su presencia se viera, estaba seguro que Chan no lo vería, pues la oscuridad no permitirá que su silueta se reflejará, aparte Chan estaba tan sumergido en él mismo que ni notó la vista de Changbin a su persona.
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El Secreto De Las Flores Del Jardín. (Binchan)
HumorPorque las flores guardan secretos, promesas y recuerdos. La flores del jardín presidencial tampoco eran la excepción. Inicio: 12 junio 2024