Capítulo diesiciete

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❝Gotas de azúcar❞

Era un nuevo día, dónde despertó al lado de Lumine

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Era un nuevo día, dónde despertó al lado de Lumine.

Pero había pasado mucho tiempo desde que los dos estaban despiertos, en realidad, era eso del mediodía y seguían en la habitación que ahora le pertenecía a Lumine, aunque ella en realidad solo dijo que ahora era de los dos.

Cuando despertó, despertó por una caricia en su mejilla y al despertar, los ojos de la rubia lo analizaron de arriba a abajo, parecía tan seria mientras lo miraba y de una sola vez cuando el despertó, lo primero que dijo fue que sus ojos no estaban del mismo color. 

Xiao, cuando despertó junto a la mujer, aún le quedaba algo de mala energía y una sensación ardiente en su estómago, así que a la humana le tomo por sorpresa que este quisiera desayunar, devorar sueños no es algo que duela.

Es muy placentero, si es sincero.

La primera vez después de mucho tiempo, solo es extraña, sus colmillos después de arrebatarle el sueño al hombre de ayer se sentían puntiagudos, y al comer más de una vez pasó a llevar su lengua con ellos pero no al punto de morderla. 

No fue capaz de ocultarle a la mujer lo que pasó así que, después de que fuera a pedir comida y transportarla hasta la habitación, empezó a contarle todo, es así como a la mitad terminaron haciendo de las cosas más mundanas posibles.  

Estaba sentado en la cama mientras Lumine, con guantes desechables le empezaba a embarrar aquel tinte en su cabello.

El olor fuerte del tinte le hizo poner una cara de asco, pero, ella era relativamente buena haciendo, lo que fuera que estaba haciendo. Había dividido su cabello en seis secciones, desde el flequillo, el centro y la parte de la nuca.

Y justo en la nuca, donde con cuidado con los guantes y un cepillo para pelo que decidió sacrificar para este pequeño cambio, fue esparciéndolo con él. 

Era extraño para el lo reconfortante que se sentía sentir sus manos en su cabello, la forma tan cariñosa que tenia para estilizarlo le hizo sentir que no podría estar enojado con ella y no habló nada mientras le contó que se peleó con Zhongli, ni mucho menos cuando devoró los sueños de un hombre. 

⎯⎯Durante mil años me encargué de proteger a las personas de Liyue⎯⎯ 

⎯⎯Y el día de ayer, le arrebaté sueños a un hombre inocente, y aún así, ¿No estás enojada conmigo?⎯⎯ 

El pregunto, Alatus se hizo un poco más pequeño al preguntar, como si tuviera demasiado miedo de la respuesta, ella tarareo un ⎯mmh⎯, mientras pasaba el cepillo que seguía esparciendo un tinte rojizo de raíz a puntas de manera equitativa.

⎯⎯No, no estoy enojada contigo⎯⎯ 

Ella respondió pero el hombre detectó cierta tristeza en su voz, y creyó que a lo mejor prefería que estuviera enojada en vez de decepcionada.

Devorador De Dioses | AexiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora