capítulo veintiocho

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❝Rarezas de su alteza❞

El primer mes después del bucle había sido todo un desafío

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El primer mes después del bucle había sido todo un desafío. A veces Aether sentía un enorme agujero en el pecho, como si ya no tuviera órganos en ese lugar y no hubiera nada más que costillas.

Ver a las personas de la corte justo después de que todos se enteraran hizo que ese hueco en su pecho se sintiera de una manera más notoria, justo después de verse con Lumine en la habitación, creyendo que dejaría de llorar se le ocurrió bajar para tratar de ingerir algo más que tabaco.

Pero no sé le antojaba comer y aunque su hermana quería que comiera, ella entendió que no es bueno obligar a las personas a comer si no quieren, así que decidió dejar la comida para más tarde, no tenía apetito.

Aether pensó mucho en las personas de La Corte y cada vez que pensaba en ir a verlos le generaba una ansiedad casi paralizante, no porque tuviera miedo, si no porque no sabía cómo iban a reaccionar. No quiso decirlo en voz alta en ese momento, pero le daba miedo no saber que iba a ocurrir.

Así que tuvo que estar sentado algún tiempo en silencio, Lumine no quería ser entrometida pero no podía evitar también sentirse angustiada por el estado de su hermano, así que preguntó que ocurría y el abrió la boca para contarlo, pero cuando lo hizo, no salió voz alguna de su boca.

Lumine miró extrañada, pero Aether realmente tenía tanto miedo y tantos nervios que la voz no le salía de la garganta, y cuándo se dio cuenta de que no pudo hablar se frustró más de lo que debería y Lumine pudo ver cómo los ojos del rubio empezaban a acumular lágrimas de forma rápida, a lo que ella le dijo rápidamente que no hablara.

El no habló y al no hablar, no lloró, pero se sintió tan extraño. Habían ocasiones donde siempre lloraba, como por ejemplo, los cumpleaños de ciertas personas de La Corte, aunque solo las de los humanos que no vivirán más de quinientos años, como las condesas, los barones, el vizconde, como caían de niños, celebraba sus cumpleaños de las mejores maneras para hacerlos felices.

Llora especialmente en los últimos cumpleaños, porque Aether sabía que no tendrían otro cumpleaños porque el no podia hacer que el tiempo avanzara, aquellos humanos en La Corte jamás llegaron a tener una edad cercana de los treinta, entonces, después de darles un regalo y de obligarlos a darle un abrazo, Aether llegaba a su castillo sintiéndose miserable.

Lloraba cuando caían también, lloraba porque aunque había evitado las mayores atrocidades, no podía eliminar su sufrimiento principal, no podía evitar que Lynette fuera separada de Lyney para evitar su trauma infantil y no podía evitar que Albedo estuviera tanto tiempo solo como caerse al Abismo, y lloraba cada vez que se acordaba que, para que ellos vivieran, debería dejar que sufrieran esas cosas.

Y llora la última vez que los ve antes de que todo se reinicie, al decir esto parece que es un especial llorón, pero entre cada lágrima hay más de dos meses entre ellas y dependiendo del ciclo es capaz de hasta dormirse llorando en la cama.

Devorador De Dioses | AexiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora