Devorador De Dioses | Aexiao

Capítulo seis

❝Por las ramas de las raíces❞

Reflexionar sobre cómo se sentía a veces parecía llevarlo a un lugar sin final, eternamente, pensando y pensando todo el tiempo sobre su situación, el abismo, Morax, Liyue, Bosacius, Tevyat, Liyue, Morax, Tevyat, Abismo, Bosacius, abismo, Liyue, Bosacius, Morax, Abismo, Morax, Abismo, Morax, Rex lapis, Morax, Morax, Rex lapis... Zhongli. 

No sabia cual de todos esas cosas que estaba pensando le resultaba más dolorosa, pensó que estar como un humano después de una lobotomía durante la primera semana era malo.

Que se sentía extraño, pero pensar sobre las cosas que habían pasado antes en ese lugar era aún peor, darse cuenta por sus propios ojos que su mundo se le caía y se derrumbaba. 

Y él no podía hacer nada.

Absolutamente nada.

Una impotencia eterna que le estaba matando muy dolorosamente lento y hasta hace unos días, no había procesado el hecho de que Morax había abandonado a su hermano, después de la conversación con su hermano, se dio cuenta de algo y era el hecho de que estaba ignorando muchas cosas.

Su hermano estaba con él, estaba vivo.

Eso lo hacía muy feliz, pero ¿Por qué no se sentía feliz con eso? En su mente, hubiera preferido que Bosacius hubiera pasado por algo mucho menos doloroso porque para sus hermanos, Morax siempre fue su salvador, siempre fue la persona que se preguntó por ellos durante tantos años. 

Y de repente, se enteraba de que su querido dios había arrojado a uno de ellos al abismo como si nada y definitivamente no puede entender el porqué del asunto.

¿Por qué, Morax, de todos los dioses haría algo como eso? De todos los arcontes siempre fue uno muy dedicado con su trabajo, con las personas, era un hombre cariñoso, estricto, empático, un dios hecho y derecho. 

Y si Morax era eso para el, ¿Por qué de repente se sentía como si todo lo que conociera se iba frente a sus ojos?

¿Por qué parecía que sus conocimientos de desvanecían como gotas de rocío?

¿Y él no podía hacer nada más que mirar caer estas gotas de rocío en flores que pisaron previamente y fueron arruinadas por alguien insensato? 

Morax siempre había amado a su hermano, después de su visita con el Príncipe, lo primero que hizo fue ir a verle.

Verlo, estar con él, abrazarlo, sentir el aroma propio electrizante, recordaba su aroma como un suave olor de flores de seda y fuerte olor a chiles Jueyun, un hombre muy fuerte, pero muy sensible también.

Ni siquiera tuvieron que hablar, solo estar juntos el uno con el otro como si nada pasara disfrutando de estar juntos, cosa que había olvidado.

Había olvidado la hermandad, había olvidado el sentimiento de que mataría por el bien de su hermano y que haría todo lo posible por hacerlo feliz.