FALL RIVER: La Sombra Del Monstruo

Capítulo 16: LUTTO

[BORRADOR]

Joder estamos en problemas.

¿Cómo había estado tan ciego?

Belladona no representa una amenaza para ellos en este momento. Sin embargo, si continuaba a mi lado con mis planes futuros, ella se convertiría en una amenaza. Si me quitaban de en medio, mi plan no se llevaría a cabo y ellos no tendrían problemas en eliminarla cuando llegara el momento. Yo era considerado un cabo suelto que debían eliminar para asegurar su propia seguridad

Me puse delante de Belladona, cubriéndola con mi cuerpo, y lo miré a través de mi máscara. Fijé la vista en sus ojos diferentes por la heterocromía, una peculiaridad genética que nos unía a el y a mí. Eran lo único que compartíamos, ese maldito cabron y yo.

- Veo que te has quitado las lentillas. - Mientras me apuntaba con la pistola en el pecho, yo respondí haciendo lo mismo con la mía, pero esta vez apuntando a su cabeza. - Veo que vas directo a lo importante.

Aún no había respondido, mi mente estaba trabajando a mil por hora tratando de idear una salida de esta situación. Lo primero en lo que pensé fue en asegurarme de que ella saliera ilesa de todo esto. Lo que más me molestaba era que este individuo ya me había superado dos veces: la primera cuando la amenazó a ella la otra noche, y la segunda en este preciso momento en el que me había engañado de tal manera que puse en peligro la vida de belladona simplemente por mi terquedad.

Los tres permanecimos en un silencio sepulcral, sin atrevernos a romper la tranquilidad que se había apoderado del campo de futbol. Solo lográbamos escuchar los sollozos angustiados de belladona, quien lloraba detrás de mí, sumida en un profundo temor. No podía culparla, después de todo, le había pedido que confiara en mí y que estaría a salvo a mi lado. Sin embargo, en esa situación de peligro inminente, era evidente que había fracasado en mi promesa de protegerla.

Un profundo sentimiento de desasosiego se apoderó de mí cuando sentí su mano agarrándose firmemente a mi brazo, como si dependiera de mí para mantenerse a flote en un mar de incertidumbre. A pesar de que sabía que mi presencia solo traería caos y destrucción a su vida, su agarre me hizo sentir como si fuera su salvador, su único rayo de esperanza en medio de la oscuridad.

A pesar de ser consciente de que mi presencia solo traería dolor y sufrimiento a su vida, no pude evitar sentirme conmovido por su vulnerabilidad y decidí luchar para mantenerla a salvo, incluso si eso significaba sacrificios personales. Aunque en mi interior sabía que mi destino estaba sellado como un fantasma que acechaba en la sombra, me resistí a ser la fuerza destructora que acabaría con todo lo que ella amaba y me comprometí a protegerla a toda costa.

Mi mente estaba completamente obsesionada con ella, y eso había arruinado por completo mi plan. Me sentía frustrado y enojado, pero sabía que no podía permitirme lamentarme. Debía actuar rápidamente antes de que pusiera en marcha su propio plan. Aún no sabía cuáles eran sus intenciones, pero era evidente que ya había caído en su trampa. Me sentía atrapado, como si el fuera una araña y yo la presa atrapada en su telaraña. Era necesario encontrar una manera de liberarme de sus garras antes de que fuera demasiado tarde.

Él se aproximó lentamente hacia mí, decidido a llegar hasta la mujer que se encontraba justo detrás de mí. Sin embargo, mi cuerpo, instintivamente, se interpuso en su camino impidiendo que se acercara aún más. Gruñí en un intento de disuadirlo, mientras él continuaba avanzando amenazantemente hacia nosotros. En respuesta, una risa siniestra estalló en el ambiente, resonando por todo el campo de fútbol como un eco perturbador.

- No des ni un paso más o te juro por dios que te reviento la cabeza de un solo disparo. - Lo amenace apretando los dientes.

Cuando finalmente se detuvo a mi lado, me di cuenta de que éramos de la misma estatura, pero en ese momento él parecía estar un paso por delante de mí. Me sentí frustrado al darme cuenta de que me había superado en inteligencia. Me di cuenta de que era mi propia culpa por haber sido tan descuidado y estúpido. La rabia y la vergüenza se mezclaron en mi interior mientras me enfrentaba a la realidad de que me había dejado atrás en esa situación.