𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 3

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Atenea...

Brooklyn Heights, Nueva York, Café y canela cafetería. 23 de octubre del 2020. 12:15 PM.

Café, canela, whisky, rosas y...un vibrador.
¿Que carajos se supone que tengo que hacer con esto? ¿Un café y luego saciar mi lujuria hasta que desaparezca y libere mi cuerpo y alma del deseo que siento por momentos?

Pues esto es un juego, uno de caza, yo el ratón y el el gato, o como el suele decirlo, yo su oveja y el, el lobo de esta historia. Pues ambos sabemos que esto no es Disney ¿La bella y la bestia? Tal vez, pero en una versión retorcida donde el es malo, cruel y pervertido completamente.

Dos días, dos días desde la última vez que hablamos. Desde la última vez que envió un mensaje prohibiendo acercarme o tocar a alguien. ¿Lo haría? No, soy virgen.

Era un villano que amaba, o almenos eso quería creer yo y pensar que no soy su juego o una simple broma, aunque lo veo algo difícil por como le toma la seriedad a las cosas. Tengo cinco objetos y un número. Un sobre de café el cual es el que utilizamos aquí en la cafetería, si, ayer lo descubrí a primera hora que vine. Un sobre con canela en polvo, estas dos cosas el jura que son importantes y cruciales entre ambos. Tengo dos rosas, similares a las que llegaban a mi casa, lo único diferente ahora es que son de tela y no de verdad, pues estás hora no pueden morir. Algo así como jurar amor entre ambos. Una pequeña botella de whisky la cual puedo jurar vale más que mi sueldo.

Ahora tenemos un vibrador...eso definitivamente no es una pista, eso es más bien el y su lujuria en carne que desea algo más. ¿Algo a lo que me negaré? No lo sé, por que mi alma quiere, mi corazón lo grita, mi cerebro razona y mi cuerpo reacciona sin hacerle caso al cerebro, así que ahora estoy pensando con mi...cuerpo.

Veintitrés años y estoy jugando con fuego, ni cuando era una niña llegaba a estar bajo este peligro en el que estoy, un juego donde un monstruo que se esconde entre la gran manzana tiene conmigo, habiendo tantas personas para elegir, más yo fui la cien entre las noventa y nueve que el escogió.

—–tierra llamando a Lauren—canturrio Emma quién movía su mano izquierda frente a mis ojos.

Emma es amiga mía y de Jenna, pero ella no trabaja en la cafetería, ella es asistente del señor Hawke, Sebastián Hawke quien mencioné atrás. Gracias a Emma logramos ganar un poco de fama en ese edificio de suma importancia, llevando café todos los días, pero en especial a nuestro cliente estrella, el señor Hawke quien solía pedir lo más pedido de esta cafetería, el café con canela. Café que le dio el nombre a esta cafetería incluso.

—¿Estás bien?—indaga Emma quién toma café en la barra de la cafetería junto a una dona rellena de mermelada de manzana.

—si...solo...solo no logré dormir anoche.—dije.

—¿Tu sin conciliar el sueño?—rio—Lauren, llueva, relampaguee o el mismo Jesús venga a la tierra tu seguirás durmiendo.

Fruncí mi ceño ante su burla, eso no era cierto ¿O si?

Solté un resopló, Rode mis ojos hasta colocarlos en blanco. Emma ante mi fastidio río y le dio otra mordida a su dona rellena.

—algo debió haber pasado para que no duermas. Vamos cuenta—Insistío . Insistió como Jenna hace dos días que preguntaba si tenía a alguien en mi vida.

—es...solo estrés, esta semana tengo exámenes en la universidad y estoy estudiando mucho—menti.

—¿Segura?—cuestiono—pareces más bien...pensativa, algo te incomoda o causa curiosidad, ¿No?

Si, es el quien me tiene pensativa, pero jure mantener esto como un secreto, algo mío, solo mío. Ese secreto que guardo bajo mi almohada, ese secreto que guardo en un teléfono de hace unos siete años atrás. El y yo somos íntimos, un secreto que solo nuestros cuerpos desean sentir, que desean conservar entre murmullos y la lujuria de ambos la cual parece que fue desatada. ¿La lujuria entre ambos es otro monstruo más?
¿O simplemente nosotros dos con nuestros deseos lo creamos?

𝐻𝐴𝑊𝐾𝐸...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora