Diecisiete años atrás.
-Cipriano tiene quince, y este niño trece.
Alegó la menor de los Hawke, Anastasia Hawke, quien aún vivía con sus padres.
—¿Y qué quieren que diga?—alegó Nicholas ante el reclamo de Anastasia—conocemos a Sebastián, esto tampoco es de asombrarse.
—¿Nicholas?—cuestionó Sharon, esposa de Nicholas Hawke—¿Cómo es el?
Indago curiosa, acercándose a Nicholas quien con una sonrisa ladeante le veía.
—¿Pero mama...?—alegó Anastasia. Indignada.
—estoy hablando con tu padre Tasia, no seas imprudente—la reprendió, a lo cual ella bufo molesta—dime como es el, Nicholas. Te lo suplico, describe como es nuestro nieto antes de que yo lo conozca.
—¿Enserio le creen a un niño cualquiera?—cuestióno Anastasia con un hilo de molestia en su voz.
Es como si, Anastasia Hawke no conociera a su hermano, lo cruel que a llegado a ser con sus enemigos, e incluso, los que no son sus enemigos.
—¡Anastasia!—alegó Nicholas. Haciéndose escuchar en un gran eco por toda la casa—conoces a tu hermano, sabes perfectamente como es el, así que no lo defiendas.
—papa...
—tu padre tiene razón Tasia, así que ya no lo hagas—musito Sharon. Anastasia Hawke se quedó callada. Con una expresión tensa y molesta, pero debía de obedecer a su padre, no podía no hacerlo—por favor, Nicholas. Dime como es.
—es igual a Sebastián—dijo Nicholas con una sonrisa—tiene sus ojos azules, su cabello negro, su rostros son iguales. Se que Cipriano también tiene parecido a Sebastián, pero el...el es igual para castigo suyo. Cipriano tiene los ojos azules, pero los de Sebastián son iguales a los de su padre. Cipriano es de cabello castaño, tes blanca, pero Sebastián...carajo Sharon, el es igual a nuestro hijo.
Nicholas con una sonrisa describía a su nieto. Vacilaba en cada palabra que decía, vacilaba con la misma emoción que sintió al ver a Cipriano y Sofía por primera vez, esa misma emoción regresaba nuevamente a el. No olvidaba cuando cargaba a Cipriano, su nieto mayor, o a Sofía, su única nieta por el momento. Ahora esa emoción llegaba otra vez a el, esa misma emoción de cuando conoces a alguien por quién tu corazón late, por quien tu corazón moriría.
—no puedo creer que vean así a un bastardo —espetó Anastasia.
—¿Así, como Anastasia?—pregunto su madre con seriedad, cortando aquel momento que vivían los dos mayores.
—con...con lastima, con amor—tartajeo—es el hijo de la sirvienta mamá, no puede ser parte de esta familia—alegó ofendida.
—Anastasia Hawke...no te he criado para que seas de esa manera—la reprendió su madre.
Anastasia se cruzó de brazos mientras soltaba un suspiro, desviando la mirada de sus padre. Ella simplemente quería pensar que a quien tenía como ejemplo- aún así sabiendo que era un cruel bastardo- fuese capaz de eso.
—Sebastián no pudo haber hecho eso—escupió en un susurró.
—¿y si, si lo hizo...?—cuestionó Nicholas—ponte a pensar Tasia. ¿Qué pasa si, si es hijo de Sebastián? ¿Lo negaremos? ¿No lo trataremos como a un Hawke? ¿No tiene el derecho de serlo?
—¿Pero, si no lo es...?—protestaba con necedad Anastasia. Quien parecía no quería ver la verdad.
—es un cincuenta, cincuenta Tasia—comento Sharon mientras se acercaba a Anastasia. Quería convencerla sobre la verdad—así que descubriremos si es un Hawke.
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𝐻𝐴𝑊𝐾𝐸...
Ngẫu nhiênLauren Grey se encarga en entregar el café por las zonas aledañas de Nueva York, en especial en un lugar, Hawke company's. Lugar donde ella se volverá la obsesión de aquel de quién menos pensó.