𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 12

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Atenea...

Brasov Rumanía. Mansión Hawke. 8 de septiembre del 2020. 11:10 AM.

Domingo...se supone que los domingos son mis días de descanso, ya que Margaret y Jenna suelen ir a la iglesia central de la ciudad, mientras que yo suelo acompañarlas ya que realmente si me gustaba estar en la iglesia los domingos, u colaborar en sus ventas de recaudación de fondos.

Era divertido vender postres hechos por nosotros después de cada misa. Vendiéndo cada postre a un precio más elevado que los miembros de esta compraban sin importar que fuese el doble de los precios normales. ¿Pero por qué hacerlo? ¿Por qué comprar sin importar los precios elevados. ¡Fácil! Quitar la culpa de ellos, creyendo que ayudando a la iglesia todo tipo de pecado se iría de ellos.

Gente importante que habitaba cada domingo a la iglesia, o los viernes en la misa de la noche. O muy rara vez los martes de iglesia dominical donde aprenden sobre la Biblia, todo patrocinado por el padre Fernando. Un hombre serio y de valores que traería a toda mujer, pero el padre siempre pone un límite, así que creo que por eso su iglesia es una de las más visitadas en Brooklyn Heights.

¡Ho!...Brooklyn, si hoy domingo no hubiera ido a misa, probablemente estaría viendo tus calles desde el balcón de mí departamento, o en algún museo de historia que la universidad nos recomendó para aprender más de un tema en específico, o simplemente durmiendo hasta tarde, para luego colocar en mi rostro cada mascarilla facial que es difícil de ponermela entre semana por lo agotador que suele ser aveces por mis horarios de trabajo.

¡Wow! Realmente extraño Brooklyn y Brooklyn Heights. Mi hogar desde los veinte, donde termine de ser quien soy ahora. Con veintitrés años, siendo independiente pero con la necesidad de que mamá y papá estuvieran aquí a mi lado, y probablemente también Emili, si dejará a un lado mi ego, orgullo y corazón dañado.

Pero ahora estoy aquí, en Rumanía. Viviendo el domingo más diferente e inesperado de mí vida. Acabando de despertar, sin la culpa o carga encima de tener que ir a misa y poder tener un domingo para mi sola al fin. Despertando en la cama más cómoda que e probado en mi vida, junto a Sebastián Hawke, con quien últimamente paso un gran tiempo de mí día a día.

Pasar tiempo con Sebastián no es desagradable realmente, es muy distinto a lo que mi mente profesaba sobre Sebastián Hawke, el gran empresario multimillonario, Rumano/ americano Sebastián Hawke. Sebastián es conocido por sus títulos universitarios en universidades importantes por arquitectura y administración empresariales. Lo cual le ayudó con el hecho de que su abuelo le dejará el cincuenta por ciento de sus empresas y riquezas.

Sebastián no era el tipo de hombre intelectual el cual probablemente seria alguien serio todo el día...al menos no conmigo.

Toda la semana no se despegó de mí, excepto para yo ir al baño y ducharme, cosa que prácticamente lo obligue ya que quería ducharse conmigo. Como el hecho de que toda la semana intentamos follar y siempre había más de algún interruptor que no nos dejaba intimar, y eso ponía de mal humor a Sebastián. Eso u el hecho de que nunca en mi vida, nisiquiera en la cafetería había preparado tantas tartas de manzana.

Era increíble como Sebastián seguía con su físico "perfecto" a pesar de comerse entero dos a tres rebanadas diarias de tarta de manzana junto a una bola de helado de vainilla. Lo cual empezaremos a disminuir a partir de mañana ya que si Sebastián sigue así terminará con diabetes.

-—¿Sebastián?—pregunte al entrar en la biblioteca de la casa.

Era medio dia casi, y Sebastián ya estaba despierto desde temprano. Resulta ser que el señor Hawke tiene una rutina muy mañanera, ya que suele despertarse a las cinco o seis de la mañana, para poder entrenar y arreglar algunos asuntos de su empresa. Así que no suele dormir tanto como lo hacía cuando recién llegue acá, al contrario, no hay fin de semana en que Sebastián no madrugue.

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