𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 4

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Rojo...

Brooklyn Nueva York, departamento de Atenea. 23 de octubre del 2020. 10:15 PM.

Mi perdición, mi condena, mi pecado. Todo aquello que era nocivo ante aquel que no entendía lo que yo sentía por ella.

¿acaso era normal lo que hacía?

¿Que lo normal no es aburrido? La monotonía, la rutina. No era lo que yo deseaba con mi diosa Atenea, no era lo que siento por ella, algo normal y corriente, único y diferente. No, ella y yo si éramos diferentes al resto de personas que no sabían amar, amar de verdad.

-—Aquí quien manda soy yo...asi que ahora se buena con tu señor y muestrale si fuiste obediente con su petición de quitarte las bragas antes de venir aquí—ordene

—¿q-qué?—titubeo

—Que te desnudes para mi, muñeca—susurre

Ante aquellas palabras lascivas que salieron con facilidad de mis labios el cuerpo de mi mujer se tenso. Valla manera de verla dominada por mi.

—Dime Atenea ¿obedeciste mi orden?—cuestione ante su mandíbula tensa y respiración irregular.

—Y-yo...—tambaleo las palabras mientras los dos pasos que dio hacia adelante los retrocedió.

No, no es momento de mirar hacia atrás.

—¿Si o no Atenea?—indague serio—quiero que me des una respuesta sincera. Al fin y al cabo descubrire si mientes.

—Yo n-no, no lo hice—admitió nerviosa.

Definitivamente es desobediente como imagine. Una niña mala, terca, necia y testaruda.  Las tres palabras perfectas que describían a mi diosa.

—¿Por que?—pregunte con una sonrisa malvada dibujada en mis labios.

—Esto se supone era en silencio, por mensajes, no así Rojo—protestó.

—Puse condiciones Atenea, aceptaste y vendiste tu alma a este monstruo. Asi que ahora se obediente a tu dueño.

Puedo a ver sus dedos jugar y pellizcar la costura de su sudadera color vino. Sinceramente hubiera deseado algo más sexo pero con esto me conformaba por ahora, solo era cuestion de segundos tenerla debajo de mi suplicando piedad o...algo más vulgar. Entre gemidos, jadeos, toqueteos y juegos que pondré a prueba.

Su lenguaje corporal me dice que tiene miedo, esta ansiosa, desesperada y excitada por esto.

¿Pero cómo lo sé? ¿Como se que esta excitada y no es miedo?

Su lenguaje corporal, eso es eficaz para todo aquel que quiere saber como se siente una persona en un momento específico.

Cuando tenemos sexo nuestro cuerpo reacciona de manera tan increíble que nos hace ser incoherentes, desde decir la mayor obscenidad o permitirnos llevar por aquello que es pecado. Nuestro cerebro deja de razonar aunque así lo intentemos. La cerotonina puede aun mas que lo coherente o prudente de todos. Más que una monja siendo tentada por el diablo o incluso el mismo padre de esa iglesia, mas que matrimonio roto que busca saciar su frustración con otro placer; un amante que se esconde entre nuestras líneas de culpa, placer y deseo. Eso lo hace emocionante, eso lo hace espléndido.

Ahora Lauren con solo apretar sus muslos, sus mejillas teñidas de un color carmesí hermoso, su cuerpo que se tensa con un simple cumplido o susurró de seducción, sus dedos ansiosos por tocar algo-lo cual harán con mi polla- y sus dientes que dejan saber en su lengua el sabor a hierro que deja salir de sus labios al morderlos con fuerza y hacerlos rojizos. Solo eso me hace apostarle al cielo que esta mojada por mi.

𝐻𝐴𝑊𝐾𝐸...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora