Pesadillas

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Tuvo que pasar una semana completa antes de que Rosé pudiera volver a ver a T/N, más que nada porque Kim Nam-joon le había informado que solicitar ser su abogado no había sido algo sencillo, lo interrogaron sobre el verdadero motivo por el cual quería llevar el caso, y hasta que se aclarara eso, nadie podía tener contacto con la acusada.

Rosé: ¿todo bien?

Kim Nam-joon: ¿bromeas? Te dije que esto sería muy complicado. Van a investigar mis antecedentes, quieren saber si hay algo turbio con todo esto, o sí acaso sé algo de lo ocurrido ya que nadie había querido aceptar ser su abogado defensor.

Rosé: ¿es por eso por lo que no la pude ver por una semana? Espera ¿no te dejaron ser su abogado?

Kim Nam-joon: ¿con quién crees que estás tratando? Mientras investigan, yo ya soy el abogado de esa mujer, y ya estoy haciendo todo para que no vuelva a recibir golpes, así que, puedes ir a ver a tu paciente y cualquier cosa me avisas.

Rosé: te adoro, eres el mejor. Pero también recuerda que debes de ganarte su confianza, solo así podré avanzar más rápido con el caso.

Kim Nam-joon: haré lo mejor que pueda. Aunque sigo pensando que todo esto es una locura.

Rosé: no voy a renunciar hasta saber la verdad.

Kim Nam-joon: eso también lo sé, solo ten cuidado, hay cosas que es mejor no saberlas, pueden causarte un mayor malestar... no lo olvides.

Le dio un beso y un abrazo y se marchó de ahí, prometiendo que estaría muy al pendiente de T/N, si para apresurar todo tenía que ganarse la confianza de esa mujer... entonces lo intentaría.

Cuando al fin Rosé y T/N se encontraron en la habitación de siempre para su sesión, la chica se percató de que la mujer no la miraba a ella y mucho menos al piso como solía hacer siempre... ahora su vista estaba en su bolsa, una bolsa de estampado con ardillas, un regalo que le había dado Jisoo por su cumpleaños.

Rosé: ¿te gusta?

T/N: jamás había visto una bolsa así.

Rosé: ¿de verdad? Bueno, esto fue un regalo de cumpleaños, una de mis mejores amigas me la obsequió.

T/N: ¿regalo de cumpleaños?

Rosé: así es, a ti ¿te dieron algún regalo de cumpleaños?

T/N: mi padre me abofeteo el día de mi séptimo cumpleaños, lo recuerdo porque mi madre había conseguido con mucho esfuerzo comprar una rebanada de pastel para mí.

Rosé: ¿por qué te golpeo?

T/N: estaba molesto porque el dinero lo uso en algo innecesario, cuando en realidad él lo que quería era comprar alcohol.

Rosé: ¿qué más recuerdas de tu infancia?

T/N: no mucho, lo que le acabo de mencionar quizás sea uno de los pocos recuerdos que aún mantiene mi mente, ya que ese fue el último cumpleaños en el que vi un pedazo de pastel sobre la mesa.

Rosé: ¿el cumpleaños de tus hermanas era igual?

T/N: no, trate de que algunos fueran... mejor que él mío.

Rosé: ¿tenías una mala relación con tu familia?

T/N: Supongo que no... no lo sé.

Rosé: ¿crees que tenían peleas como en cualquier otra familia?

T/N: ¿alguna vez su padre la golpeo hasta dejarla tirada y no poder moverse solo porque accidentalmente tiraste una lata de cerveza? Dígame algo, ¿escuchaba los gritos cada noche de sus padres discutiendo? O tal vez ¿escuchó como uno de sus huesos se rompía?

Rosé se había quedado muda al escuchar todo lo que aquella mujer estaba diciendo, la forma en la que la miraba con cada pregunta saliendo de sus labios.

Rosé: yo... no... la respuesta a todas sus preguntas es, no.

T/N: entonces supongo que mis "peleas" con mi familia no se comparan con las de cualquier familia típica de Corea.

Rosé: ¿tu padre era así siempre con ustedes?

T/N: no siempre. Su actitud cambiaba cuando llegaban mis tíos, dos de sus hermanos.

Rosé: ¿estaba de mejor humor?

T/N: se podría decir que sí.

Rosé: ¿qué hacías tú cuando tus tíos llegaban?

T/N: al principio me quedaba en casa, pero no paso mucho tiempo para que me fuera cada vez que llegaban, a veces, tenía que quedarme obligada para atenderlos porque mi madre estaba trabajando.

Rosé: ¿tenías una buena relación con ellos, te agradaban?

T/N: no, jamás me agradaron, eran tan inútiles como mi padre, y fui feliz cuando ya no regresaron a mi casa.

Rosé: ¿por qué te alegro?

T/N: porque ya no tendría que soportarlos y atenderlos, me alegraba porque mis hermanas no tendrían que tolerarlos.

Rosé: ¿tus tíos, padres y hermanas eran toda tu familia?

T/N: tengo primos, o al menos eso es lo que escuché, pero jamás los conocí, mis abuelos creo que murieron, así que sí, señorita, ellos eran toda mi familia.

Rosé: no te entusiasma mucho hablar de tu familia ¿verdad?

T/N: ¿ha tenido alguna vez pesadillas?

Rosé: claro que sí, como todos, pero no suceden siempre.

T/N: bueno, yo viví una pesadilla todos los días de mi vida, no necesitaba estar dormida para que una llegará a atormentar mi tranquilidad.

Rosé: ¿quieres hablarme de eso que tanto te atormenta?

T/N: en realidad no, porque todo lo que me atormentaba ya se encuentra lejos de mí.

Rosé: no se encuentra lejos, solo está oculto y está rompiendo tu alma.

T/N: ¿cree que eso me importa? Desde que estoy en este lugar, siento que por fin las pesadillas se terminaron, aunque a veces puedo ver los rostros de las personas a las que asesine, y quisiera tener un poco de remordimiento, pero, lo único que puedo escuchar en mi cabeza es "lo hiciste bien".

Rosé: ¿estás feliz por lo que hiciste?

T/N: era la única salida.

Rosé: pudieron existir otras opciones.

T/N: para personas como mi familia y como yo, no existen "opciones" se deben hacer ciertos sacrificios para poder conseguir un poco de comida, se tienen que soportar humillaciones para poder conseguir un trozo de pan ¿opciones? La única para nosotros es justicia propia.

Rosé: ¿quieres hablar de la justicia que tú impartiste?

T/N: ¿Es lo que quiere?

Rosé: quiero que de verdad hables conmigo sin mentiras.

T/N: de acuerdo... se lo diré entonces...


FIN DEL JUEGO ( Rosé Y Tú) (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora