Amistad en Desarrollo

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El accidente dejó a Jisung aturdido, pero la calidez en la sonrisa de Minho lo calmó. Aceptar la invitación al café no solo era un acto de cortesía, sino una oportunidad para escapar, aunque solo fuera por un rato, de la realidad sofocante de su hogar. Mientras ambos jóvenes montaban sus bicicletas y pedaleaban hacia el café que Minho mencionó, Jisung no podía evitar sentirse intrigado por este desconocido que irradiaba una amabilidad desinteresada.

El café, situado en una esquina tranquila de la ciudad, tenía un encanto acogedor. Al entrar, el aire cálido y el aroma del café recién hecho los envolvieron, creando una atmósfera de bienvenida que contrastaba con el frío exterior. Eligieron una mesa junto a la ventana, desde donde podían ver cómo la nieve continuaba cayendo suavemente.

-Pide lo que quieras. -dijo Minho con una sonrisa mientras levantaba la mano para llamar la atención de una camarera-. Es mi manera de disculparme por el accidente.

Jisung miró el menú, sintiéndose repentinamente consciente de que no recordaba la última vez que se había permitido un momento así, un momento de simple placer. Decidió pedir un capuchino, mientras Minho optó por un té chai.

Mientras esperaban sus bebidas, la conversación fluyó de manera sorprendentemente natural. Minho tenía una facilidad para hablar que rápidamente puso a Jisung a gusto. Hablaron sobre trivialidades al principio: el clima, la ciudad, sus estudios. Pero pronto, la conversación se profundizó.

-¿Y qué te llevó a estar en la calle tan temprano? -preguntó Minho, apoyando los codos en la mesa y mirando a Jisung con genuina curiosidad.

Jisung dudó por un momento, considerando cuánto debía compartir. Finalmente, decidió ser honesto.

-Es mi manera de escapar -admitió, sus ojos desviándose hacia la ventana por un momento-. Mi familia... no es exactamente funcional. Salir y andar en bicicleta es mi forma de despejar la mente.

Minho asintió lentamente, una expresión de comprensión cruzando su rostro.

-Puedo entender eso. Todos necesitamos un escape de vez en cuando. -dijo con suavidad.

Las bebidas llegaron, y ambos tomaron sorbos en silencio por un momento. Jisung sentía que, de alguna manera, había encontrado a alguien que entendía su necesidad de escapar, incluso sin conocer todos los detalles.

-¿Y tú? -preguntó Jisung, curioso por saber más sobre su nuevo amigo-. ¿Qué hacías fuera esta mañana?

Minho sonrió, un destello de melancolía en sus ojos.

-A veces, simplemente necesito un poco de aire fresco para ordenar mis pensamientos. -respondió-. La vida puede ser un poco abrumadora, y esos momentos de soledad me ayudan a encontrar mi centro.

Con cada palabra, Jisung sentía una conexión más fuerte con Minho. A medida que pasaban más tiempo juntos, compartiendo historias y risas, comenzaron a descubrir que, a pesar de sus diferentes circunstancias, compartían una profunda necesidad de encontrar consuelo y comprensión.

El tiempo en el café pasó volando, y cuando finalmente salieron, el sol comenzaba a asomar tímidamente entre las nubes. Minho se ofreció a acompañar a Jisung hasta su casa, un gesto que Jisung aceptó con gratitud.

A partir de ese día, Minho y Jisung empezaron a pasar más tiempo juntos. Cada encuentro fortalecía su amistad, convirtiéndola en un refugio seguro para ambos. Encontraban consuelo en la compañía del otro, y la conexión que inicialmente sintieron en ese accidente se profundizaba con cada conversación, con cada risa compartida.

Minho tenía una energía positiva que era contagiosa. Sus bromas y su risa fácil iluminaban los días oscuros de Jisung. En Minho, Jisung encontró un amigo que no solo escuchaba, sino que también entendía y aceptaba. En un mundo lleno de juicios y expectativas, la aceptación incondicional de Minho era un bálsamo para el alma de Jisung.

Por otro lado, Jisung se convirtió en el confidente de Minho. Bajo su exterior alegre, Minho también tenía sus propias luchas, sus propios miedos y dudas. En Jisung, encontró a alguien que lo escuchaba sin juzgar, alguien que estaba dispuesto a estar a su lado en los momentos difíciles.

La amistad entre ellos floreció, convirtiéndose en un refugio donde ambos podían ser auténticos. Se apoyaban mutuamente en sus estudios, compartían sus sueños y aspiraciones, y enfrentaban juntos las adversidades que la vida les presentaba. Las frías mañanas en bicicleta se convirtieron en una rutina compartida, un momento de conexión y de escape para ambos.

Sin darse cuenta, Minho y Jisung comenzaron a depender el uno del otro, creando un vínculo que parecía inquebrantable. A través de las risas y las lágrimas, de las confesiones y los silencios compartidos, construyeron una amistad que se convirtió en el pilar de sus vidas.

Sin embargo, la vida tenía sus propios planes, y los desafíos más duros estaban por venir. Aunque en ese momento, envueltos en la calidez de su recién descubierta amistad, ni Minho ni Jisung podían prever las pruebas que el destino les tenía reservadas, y cómo ese vínculo sería puesto a prueba de formas inimaginables.

 Aunque en ese momento, envueltos en la calidez de su recién descubierta amistad, ni Minho ni Jisung podían prever las pruebas que el destino les tenía reservadas, y cómo ese vínculo sería puesto a prueba de formas inimaginables

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The coldest winter without you (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora